Tras el intenso color que destacó en la New York fashion Week y el vanguardismo de la London Fashion Week, llegaba el turno de la semana de la moda de Milán, en la que ha primado, por encima de todo, la originalidad. “Érase una vez en Sicilia…”. Esta era la cita impresa en las invitaciones del desfile de Dolce & Gabbana. La frase, evocando a un cuento infantil, cobró sentido al conocer las creaciones del tándem italiano: abrigos bordados con manzanas rojas, vestidos en tonos pastel con grandes búhos y ardillas, jerséis con graciosos cisnes estampados… Ni rastro del barroco italiano de las últimas temporadas.
Katy Perry y Rita Ora fueron las estrellas del desfile de Moschino, que estrenaba director artístico. Jeremy Scott consiguió recordarnos los orígenes y plasmar el espíritu rebelde de la firma italiana. Las cantantes compartieron protagonismo con Bob Esponja y McDonalds, que tuvieron una presencia importante en las divertidas creaciones de la transgresora firma.
Cambiamos totalmente de imagen para centrarnos en la seriedad de Salvatore Ferragamo. A pesar de no presentar grandes innovaciones, su desfile fue una prueba más de su elegancia habitual. Tuvo un especial protagonismo el estampado tartán en tonos grises de sus capas, cazadora y chaqueta con solapas. El desfile evolucionó hacia prendas con diseños más sensuales, con tejidos con brillo y vestidos con discreto animal print. Las faldas que presentó llegaban hasta la rodilla y estaban combinadas con botas de alto tacón negro.
Gucci deslumbró con su renovada colección de sublimes creaciones con clara influencia de la década de los sesenta. Los vestidos cortos en piel teñida de tonos bebé y con acabado évasé dieron paso a sensacionales abrigos abotonados, combinados con pantalones rectos. El cabello de las modelos, un semi recogido a lo Brigitte Bardot, será otra de las tendencias que, junto a las botas en estampado serpiente, triunfarán el próximo otoño.
La película alemana La amarga lágrima de Petra von Kant sirvió de inspiración para Prada, que presentó vestidos de satén, botas altas, chaquetas de piel de vibrantes colores, y vestidos transparentes para la noche combinados con abrigos de tallas muy grandes. El desfile comenzó con la súper modelo Natasha Poly en un escenario oscuro con una orquesta interpretando música en directo.
Peter Dundas, director creativo de Pucci, volvió a mostrar una colección de sensuales propuestas con vestidos que estilizan el cuerpo en bordados de colores tierra, que van desde el corto y ceñido hasta el largo y vaporoso. Muy femeninos, de estética rockera con un punto tahoe y combinados con botas altas. La misma premisa de sensualidad es la que utilizó Roberto Cavalli. En una pasarela con un enorme estanque rodeado de un círculo de fuego, las modelos fueron desfilando y mostrando las creaciones del diseñador, quien considera que “más, es mejor”.
Azul, rojo, blanco y negro con un toque amarillo, esos son los colores en los que Donatella Versace ha basado su colección. Los vestidos no se salen de su seña de identidad: esculpir la figura femenina con atrevidas aperturas, sinuosas cremalleras y cierres con la medusa (el logo de la firma). Versace tiene su nicho de mercado y su público fiel, es por ello que no decepciona cambiando de rumbo. Es firme en su estilo y en seguir el legado que dejó el difunto Gianni.
En las antípodas de ese estilo tan show off se situó Jil Sander y su desfile limpio, sin ninguna estridencia. Presentó prendas bien estructuradas, cómodas y fáciles, sin perder el encanto de sus patrones tan bien confeccionados. El desfile comenzó con colores blancos y otros tonos suaves para evolucionar a colores más fuertes que continuaban con las normas antes descritas. Chaquetas, vestidos ideados para trabajar o para un cocktail y que no tienen una tendencia estricta: son prendas atemporales.
Como colofón, el desfile de Giorgio Armani deslumbró con sus creaciones en tonos grises y con el suave color verde lima como contraste. El largo de los pantalones se presentó como una novedad, sofisticando los looks urbanos y en los que donde el calzado estilo Doctor Martens, visto sólo en algunas de las modelos, le otorgaba un espíritu muy juvenil. Presentó abrigos estilo yeti con varios colores y tejidos etéreos como el raso, que combina con confortables abrigos y chaquetas. Para la noche, apostó por impecables vestidos que convierten en delicada a cualquier mujer que lo luzca… En definitiva, una colección muy elegante, como sólo sabe hacer este gran diseñador.
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