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Salvatore Ferragamo (Bonito, Nápoles, 1898-1960, Florencia) fue uno de los diseñadores de calzado de mayor excelencia en el mundo. Su talento tenía la carga de la inspiración de los dioses; sus zapatos hacen volar la imaginación, tienen ángel, tienen espíritu… ese algo inmaterial que puede acompañar, o no, a lo tangible. La historia de su producción artística está íntimamente relacionada con la historia del cine.Su interés por los zapatos fue verdaderamente singular. Comenzó cuando tenía 11 años, y se inició como aprendiz de un zapatero en Nápoles. A los 13 años abrió su propia tienda, y al año siguiente, se trasladó a los Estados Unidos, donde conoció la producción industrial del calzado. Comenzó a diseñar y fabricar zapatos para el cine en California, y ahí se ubicó en Hollywood cuando lo hizo la industria del cine. En los años 20, se le conoció como “el zapatero de las estrellas” y su éxito era tal que no alcanzaba a cubrir la demanda. Luego regresó a Italia, donde fundó la compañía que mantiene sus diseños y la marca de prestigio en el mercado internacional, y con la que produjo zapatos hechos a mano que son verdaderas joyas.
No podemos decir que Ferragamo haya sido zapatero de “oficio”, si bien comenzó siéndolo. Sin embargo, era tan genuino su deseo por lograr piezas verdaderamente buenas que no quedó ahí: para lograr que sus zapatos se ajustaran perfectamente, fue capaz de estudiar anatomía humana, ingeniería química y matemáticas en la Universidad del Sur de California (USC). Su enfoque científico, le permitió hacer importantes innovaciones en la industria del calzado (tacones de cuña y los de jaula, por ejemplo) y ser absolutamente un visionario.
El Museo Salvatore Ferragano, en Florencia, exhibe una muestra que es las delicia de todas las personas que saben apreciar el arte del calzado.
Bajo el título El zapatero prodigioso, el museo cuenta historias de hadas y leyendas sobre zapatos y zapateros, tomando como telón de fondo la biografía del modisto italiano. Ferruccio Ferragamo, presidente del grupo Ferragamo, ha aclarado que la muestra no es una retrospectiva de la marca, y ha explicado que algunas de las piezas han sido creadas para la exposición y que se presentan junto a piezas antiguas prestadas por otros museos.
Mimmo Paladino, Alessandro Bergonzoni, Mauro Borrelli, Rick Heinrichs y Frank Espinosa son algunos de los artistas elegidos para representar el mundo de Ferragamo a través de instalaciones, cómics, animaciones, cortometrajes, cuentos y carteles.
La muestra contiene zapatos, hormas de algunas de las estrellas para quienes trabajó el diseñador (entre ellas las de Ava Gardner, Ingrid Bergman, Katharine Hepburn, Marlene Dietrich, Sofia Loren, Rita Hayworth y Bette Davis); fotografías tanto de las estrellas como de escenas de películas en las que se usaron sus zapatos, una gran diversidad de accesorios, trajes y todo un mundo inspirado por el talento creativo de Salvatore Ferragamo.
El Museo Salvatore Ferragamo hace hincapié en la importancia de la fantasía y en la necesidad de ella para el desarrollo espiritual humano. Apoyándose en estas ideas, hace la presentación de la muestra El zapatero prodigioso: “Hoy, más que nunca, existe la necesidad de abordar a través de los caminos de la fantasía, el misterio y el sueño, las soluciones y respuestas a ese conjunto de cuestiones morales, las dudas y los problemas que afectan a nuestro tiempo. Es en tiempos de crisis cuando se presenta una necesidad más urgente de fantasear con la imaginación y de superar los obstáculos y temores. Es una necesidad universal, ya que esto es el instinto primordial”.
El Museo Salvatore Ferragamo mantiene expuestas sus colecciones durante dos años. El zapatero prodigioso podrá visitarse hasta el 2015.
A modo de adelanto, una visita a la web del museo puede resultar un paseo virtual delicioso: Museo Salvatore Ferragamo. ■