Situada en el tranquilo delta del río Nevá, San Petersburgo es la segunda ciudad más grande de Rusia. Ha sido llamada Petrogrado, y luego Leningrado en la era soviética, para finalmente recobrar su nombre histórico en 1991. Vea aquí nuestra selección de destinos de todo el mundo.
A diferencia de otras grandes metrópolis del mundo, San Petersburgo es una ciudad joven. Fue fundada en 1703 por orden del Zar Pedro el Grande, con el propósito de ser “la ventana de Rusia hacia el mundo occidental”. Para su construcción se contrató a un inmenso número de arquitectos extranjeros, artistas, artesanos e ingenieros, que trabajaron junto a profesionales rusos para crear incomparables monumentos que, en la actualidad, continúan siendo paradigmas del buen gusto. Entre ellos destacan obras maestras como la suntuosa Catedral de San Isaac; el Palacio de Invierno, la residencia oficial de los zares de Rusia; la Fortaleza de Pedro y Pablo; el edificio clásico del Almirantazgo o Ministerio de Marina, con su emblemática aguja dorada; el Convento Smolny y la sede original de la Academia Imperial de las Ciencias.
Durante más de 200 años, la preciosa San Petersburgo fue la capital del Imperio, hasta la llegada de la Revolución rusa, que trasladada la capital del país a Moscú. Hoy, la ciudad es uno de los mayores centros de la cultura mundial y es conocida por sus magníficos conjuntos arquitectónicos, palacios y museos. De hecho, su bello centro histórico fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Se la conoce también como la Venecia del Norte por sus innumerables canales, islas y puentes, y es una ciudad preciosa para pasear, disfrutar de su ambiente y sus embriagadores atardeceres.
San Petersburgo atrae a los turistas amantes de la historia y la cultura, pero si desea empaparse de su esencia, visite sus mercados ―Sennoi o Aprachka― para observar de cerca la amabilidad y la hospitalidad de sus gentes. Visite también el palacio Yusupov, escenario de un acontecimiento histórico: el asesinato de Rasputín en 1916.
Tan sólo por sus museos, San Petersburgo merecería una visita. Absolutamente imperdible es el Museo del Hermitage, un impresionante complejo arquitectónico conformado por cinco edificios ―el Palacio de Invierno, el Teatro del Hermitage, el Pequeño Hermitage, el Gran Hermitage y el Nuevo Hermitage― que alberga una de las más completas pinacotecas del mundo, con obras de Picasso, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel o Rodin, y su colección de más de tres millones de valiosas piezas y antigüedades. Además de las colecciones de sus históricos museos, San Petersburgo cuenta con una importante muestra de arte contemporáneo en sus más de 50 galerías de arte y salas de exposiciones.
También es recomendable visitar el Teatro Mariinsky, sede de la compañía de ballet Mariinski ―antiguo Ballet Imperial o Ballet Kirov, durante la época soviética― donde han actuado grandes estrellas de la danza como Anna Pávlova, Rudolf Nureyev o Mijaíl Barýshnikov, entre otros.
Un paseo por algunos de sus parques ―como los famosos Peterhof, Pushkin y Pavlovsk― también es una buena idea, así como visitar algunos barrios en la periferia de la ciudad, entre ellos, Gatchina, Peterhof, Strelna o Lomonosov. Asimismo, pasear en barco por sus canales al atardecer, ayuda a apreciar la belleza de la ciudad y sus espléndidos puentes.
Los amantes de las compras deben encaminar sus pasos hacia las legendarias calles Nevsky y Liteiny, donde se encuentran las lujosas boutiques que en los últimos años han abierto los diseñadores de moda más famosos del mundo.
Uno de los hoteles más glamurosos y con mayor reconocimiento de San Petersburgo es el Belmond Grand Hotel Europe, un soberbio y lujoso alojamiento con más de 140 años de historia. Personajes como el escritor Fiódor Dostoyevski, el compositor Piotr Ilich Tchaikovski, el tenor Luciano Pavarotti y miembros de la familia imperial Romanov, han sido algunos de sus huéspedes ilustres, y es también famoso por su magnífico restaurante L’Europe, con su impresionante decoración art nouveau y una cocina franco-rusa, que incluye delicadezas como caviar, ostras y sus tradicionales blinis. ■