Vivanta ha sido renovado recientemente para convertirse en un espacio de gran lujo en el que se escuchan los susurros de las palmeras y la dulce música de las olas. Un lugar donde aún es posible pasear por aterciopeladas arenas vírgenes para observar bellas puestas de sol de intensos tonos naranjas.
Cuenta con 160 amplias y modernas suites con vistas a un océano Índico de color turquesa y a los exuberantes jardines del resort. Cada una ocupa un espacio de casi 400 metros cuadrados, y dispone de comodidades como originales sillas de mimbre de diseño ergonómico, camas de gran tamaño, baños con ducha y jacuzzi, y vino y frutas de cortesía diariamente en la habitación. El complejo está construido siguiendo las pautas de la arquitectura colonial, con techos de tejas rojas y una terraza con piscina infinita.
Pero quizás la propuesta más interesante en Vivanta sea el Jiva Spa. Un punto situado en una franja de la playa bordeada de palmeras y arbustos verdes, lejos del complejo principal. La instalación —que celebra la herencia de Sri Lanka con terrazas abiertas, un patio central con árboles sagrados del templo y un espejo de agua— combina la antigua sabiduría oriental con las terapias actuales.
El Jiva Spa ofrece lo mejor en terapias de rejuvenecimiento, que van desde masajes de aromaterapia, exfoliaciones corporales y envolturas, y tratamientos indios de larga tradición como Narikela, Masala, Mocha Patra, Prithvi Mrit y Posha. Las propiedades terapéuticas de estos procedimientos corporales limpiarán, hidratarán y refrescarán la piel para recuperar su frescura y brillo natural. Sus servicios son ofrecidos por expertos que utilizan productos naturales exclusivos en un ambiente fresco y armonioso.
Por otra parte, la oferta gastronómica de Vivanta es muy interesante. Dispone de cinco restaurantes y bares que permiten disfrutar de una cocina oriental y occidental, completa e imaginativa, en diferentes y sosegados ambientes. Están, por ejemplo, el restaurante S.H.A.C.K., donde los alimentos frescos del mar se cocinan al aire libre en un bello entorno con vistas al océano, y el Sea View, un local con mucho estilo y una excelente colección de vinos de todo el mundo. Asimismo, destacan el Oriental Pavilion, un restaurante de auténtica comida china, y The Palms, con una grata oferta de cocina internacional. Y para los momentos más relajados está el Tease, un desenfadado espacio en medio de la piscina, famoso por sus imaginativos cócteles.
Y si usted desea algo más de intimidad, existe la opción de vivir una romántica cena en el océano: una experiencia gastronómica y sensitiva, exclusiva y privada, con un menú personalizado, sintiendo las olas bajo sus pies. Es una experiencia inolvidable que puede incluir fuegos artificiales, bailarines Kandiyan, serenata y un paseo por la orilla de la playa a lomos de un elefante.
Además, Vivanta by Taj Bentota pone a disposición de sus visitantes fascinantes propuestas de ocio fuera del resort: viajes en barco a las aldeas locales para conocer la forma de vida y costumbres de los lugareños, excursiones para observar de muy cerca a ballenas y delfines, una tierna y emotiva visita a un cercano orfanato para crías de elefantes, un paseo en bote a través de espléndidos manglares, un viaje a la desembocadura del río cercano a la playa de Bentota, y una visita al criadero de tortugas Kosgoda, entre otras actividades interesantes.
Vivanta by Taj Bentota está situado en un rincón del mundo casi virgen. Es casi seguro que todos los turistas que acudan querrá regresar para volver a disfrutar de la belleza y el carácter especial de este lugar. ■