El pasado verano visité la isla española de El Hierro, un lugar de belleza salvaje donde el viajero se siente completamente inmerso en una naturaleza exuberante y sobrecogedora.
Acantilados en el Pozo de la Salud.
El Hierro es la más pequeña de las islas que conforman el archipiélago de las Canarias, y también es la más occidental y meridional de todas ellas. De hecho, hasta 1885, la occidental Punta de la Orchilla fue tomada como el meridiano O, referencia de los antiguos mapas navales.
Todo su territorio, en el que tan sólo viven unas 10.000 personas, ha sido declarado por la UNESCO como Reserva de la Biosfera y Geoparque, y sus contrastes son grandes, pues por doquier pueden encontrarse formaciones geológicas de lava, antiguos conos volcánicos y acantilados donde el océano Atlántico rompe con toda su fuerza.
Pero también coexisten tierras de cultivo, frondosos bosques y aguas marinas de un intenso azul en las que conviven una rica fauna y una copiosa flora, ideales para el disfrute del submarinismo. Por otra parte, El Hierro puede presumir de ser la única isla del mundo que se autoabastece totalmente de energía limpia, gracias a su central hidroeólica.
1. Charco Azul.
2. Charco Los Sargos.
3. Charco Manso.
4. El Tamaduste.
5. Roque de la Bonanza.
6. La Maceta.
Su pequeña capital es Valverde, formada por un nudo de estrechas calles con casas encaladas. Allí se encuentra el gobierno de la isla (Cabildo Insular) y la iglesia de Santa María de la Concepción, que fue construida por los conquistadores españoles en el siglo XVIII.
Al sur, en el Puerto de la Restinga, hay una zona de aguas protegidas, con una profundidad de hasta 300 metros, con cuevas y formaciones volcánicas. Hasta aquí llegan submarinistas de todo el mundo.
En esta misma zona se produjeron las últimas erupciones volcánicas en 2011. Algunas teorías científicas apuntan a que si estas erupciones continuaran, acabarían produciendo un enorme tsunami que cruzaría el océano Atlántico, golpeando la costa este de los Estados Unidos, las islas del Caribe y partes de América del Sur.
Antigua vivienda de los habitantes de la isla.
Si queremos entrar en el océano, hay dos lugares en El Hierro que son imperdibles: El Charco Azul, un rincón situado junto al mar y creado por la lava, con aguas color turquesa gracias a la luz que se filtra; y La Maceta, unas tranquilas piscinas, también de lava, donde las personas suelen bañarse.
En el valle del Golfo se encuentra el Mirador de La Peña, concebido por el artista canario César Manrique, quien diseñó el edificio y los jardines que rodean tan singular espacio. Desde este punto se divisan unas espectaculares vistas al Golfo.
Al noroeste de la isla, en una pequeña ría de tranquilas aguas abiertas al mar, se halla la población de El Tamaduste, una bonita villa turística.
1. Mirador de la Peña.
2. Vista de Valverde, capital de la isla.
3. Vista de Valverde, capital de la isla.
4. Cono volcánico.
En la adusta zona de antiguo pastoreo de La Dehesa se ubican las sabinas rastreras, árboles que son todo un símbolo de la isla, pues se deslizan literalmente por el suelo, huyendo del viento, en busca de humedad, mostrando cómo la naturaleza se adapta a los climas más adversos.
Uno de los mejores lugares para hospedarse en el Hierro es el Parador de Turismo, enclavado en la costa, en una bella localidad de Las Playas. Muy cerca de allí, el imponente Roque de la Bonanza observa desde el mar, impertérrito y desafiante, al visitante de esta isla cautivadora llamada El Hierro. ■