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En nuestra sección de Personalidades en www.azureazure.com podrán leer Dimitri de Yugoslavia: un príncipe del siglo XXI, la historia de este miembro de la realeza europea convertido en uno de los más prominentes diseñadores de joyas de la actualidad. Su amor por éstas nació casi con él, y fue creciendo paulatinamente de la mano de su madre, la princesa María Pía de Saboya, y de sus abuelas, María José de Bélgica, esposa del último rey de Italia Umberto II, y la princesa Olga de Grecia y Dinamarca, esposa de Pablo de Yugoslavia.
El príncipe Dimitri diseñó su primera pieza junto a su amigo chileno Alvaro Cuadrado –unos cufflinks (gemelos, yugos o mancuernas) de piedras preciosas traídas de Brasil- a finales de la década de los 90, sin darse cuenta de que estaba plantando la semilla de lo que, años después, se convertiría en una de las más prestigiosas firmas de joyería de la industria. Tras vender sus piezas en algunas de las tiendas por departamentos más renombradas de los EEUU. (como Neiman Marcus, Bergdorf Goodman, Barney’s New York o Saks Fifth Avenue), y de asociarse con el importador de perlas Salvador Assael para sacar Prince Dimitri for Assael: The New Look of Pearls, el atractivo príncipe yugoslavo sigue creando ahora impresionantes y originalísimas prendas con su nueva compañía.
En el 2007, un nuevo inversionista, Todd Morley, gran admirador de sus piezas, decidió apostar por él. Así fue como nació en el 2008 Prince Dimitri Company, que abrió sus puertas en una espectacular sede de esquina, enmarcada por inmensos ventanales que se abren sobre Manhattan, en uno de los pisos superiores del 5 East 57 Street. Claro y luminoso, el lugar está decorado en tonos neutros, con una maravillosa colección de fotografías de la familia real del diseñador, así como de otras en las que aparece el Príncipe con personajes famosos, como el Papa Juan Pablo II o Carla Bruni. Dimitri recibe aquí en privado a su clientela, By Appointment Only (sólo con cita previa), y les va mostrando en finas bandejas tapizadas de terciopelo, sus joyas únicas, elaboradas en cantidad muy limitada y con materiales muy diferentes que, a veces, mezcla con gran genialidad: acero, bronce, madera, rubí, diamantes, esmeraldas, zafiros, plata oxidada…
Crea, como mucho, 10 piezas a la vez, y cuando las vende, diseña otro modelo diferente. Sus clientas suelen ser damas sumamente sofisticadas que, aburridas de tanta creación comercial, buscan algo único, atrevido y definitivamente con mucha clase. Dimitri también ofrece un servicio que cada vez le piden más: Bespoke, es decir, la restauración o rediseño de joyas antiguas o de piedras sueltas, dándoles un estilo actual.
Aunque para él todas sus creaciones tiene su historia única, hay una que recuerda de manera especial: un collar de madera y diamantes que diseñó hace tres años. Le tomó dos años completos hacerlo, nos cuenta, por lo complicado que fue elaborarlo. Él no quiso que se pegaran sus piezas, sino que se adhirieran de forma mecánica con tornillos, cuerdas, cuero y enlaces de oro de 24 quilates. También recuerda con especial cariño la tiara que diseñó para la exposición de tiaras del Albert & Victoria Museum de Londres en el 2002, o la preciosa cruz que la actriz Marisa Berenson le encargó de regalo de bodas para Liza Minelli. En 2013, sacó una súper exitosa colección de gemelos para Aspreys en Londres, casa que ahora le ha encargado una línea de novias, sortijas y regalos de compromiso, bautizo, etc.
Aunque Prince Dimitri Company salió al mercado justo el año de la terrible crisis financiera mundial, sus joyas han logrado mantenerse erguidas siempre, como auténtico legado de su herencia real, larga tradición y gran modernidad. ■