El coñac es uno de los destilados de uva más alabados del mundo. Un producto fino y elegante que requiere de entendimiento y sabiduría para poder apreciarlos en su justa medida, sobre todo, sin son los más caros y selectos del mercado.
Les presentamos dos sobresalientes coñacs, con más de 100 años de antigüedad. Elixires que se presentan en delicados envases y cuyos precios superan los miles de dólares. Se trata del Pierre Frapin Cuvée 1888 y el Hardy Perfection Terre.
Pierre Frapin Cuvee 1888
La maravilla de Champagne
La centenaria casa Frapin, con sede en Champagne, Francia, dispone de una variada oferta de insuperables coñacs de calidad suprema de la que sobresale un elixir extraordinario denominado Pierre Frapin Cuvee 1888. Creado en honor al fundador de la marca, Pierre Frapin, dueño original de uno de los principales viñedos de Grande Champagne Premier Grand Cru, este coñac es la más rara mezcla de coñacs, un coupage con diferentes añadas, algunas anteriores al año 1888. El Pierre Frapin Cuvee 1888 se ofrece en una serie limitada de 1.888 botellas, producidas por Cristalleries Royales de Champagne. Decorado con una tapa y una espiral de oro de 24 quilates alrededor de la botella, obra de la antigua firma Etains d’Anjou, su diseño evoca el envejecimiento del coñac a través del tiempo hasta que es servido en una copa. La paleta de sabores de Pierre Frapin Cuvee 1888 es asombrosamente compleja: frutos secos, nueces, pasas, ciruelas, naranjas confitadas, cacao y café. Su carácter es una armonía sublime de esencias de limón, pimienta, especias suaves, miel blanca, vainilla, cuero y maderas tropicales. El envoltorio del Pierre Frapin Cuvee 1888 es una elegante caja de madera pulida, con dos puertas y una gaveta que guarda una magnífica reproducción de un reloj de bolsillo de 1888 enchapado en oro que, al abrirlo, desprende un suave aroma del exquisito coñac para complementar las notas de cata de tan magnífica bebida.
Hardy Perfection Terre
Exclusividad en una botella
Maison Hardy, fundada en 1853, debe su nombre al inglés Anthony Hardy, quien sucumbió a los encantos de la región de Cognac, en Francia. Conocido desde entonces como Antoine Hardy, adoptó el icónico gallo francés como el emblema de su nueva firma. Hoy, después de más de 150 años, Bénédicte Hardy representa la quinta generación de productores de Cognac Hardy. Como embajadora internacional de Maison Hardy, la carismática empresaria ha trabajado para mantener y resaltar en todo el mundo la reputación de la empresa familiar, que cuenta entre sus coñacs más selectos y sugerentes, el icónico Hardy Perfection Terre. Se dice que su edición limitada a 300 decantadores de cristal Daum es el coñac no mezclado más viejo a la venta en el mundo ― sus orígenes se remontan a 1870― y está elaborado con uvas francesas de la variedad colombard. Hardy Perfection Terre es un coñac excepcionalmente complejo, con maravillosas y fuertes notas de chocolate y café. En la boca es suave y redondo, y en la nariz es particularmente persistente, con aromas a tabaco y nuez moscada. ■