Sobrino de Botín, Casa Botín o, simplemente, Botín, como también es conocido, es un emblemático y castizo restaurante de Madrid, España, que figura en el libro de los récords Guinness como el restaurante en funcionamiento más antiguo del mundo. Por otra parte, Casa Botín está reconocida como uno de los tres mejores restaurantes clásicos del mundo según la revista Forbes.
Botín se encuentra ubicado en un lugar paradigmático del centro de la capital de España llamado “el Madrid de los Austrias”, una amplia zona de la capital española que corresponde al primitivo trazado medieval de la ciudad y a la expansión urbanística iniciada por los monarcas de la Casa de Austria, especialmente por Carlos I y Felipe II.
El restaurante se sitúa en un lugar muy pintoresco, cerca de la Plaza Mayor, en el número 7 de la calle Cuchilleros, donde se ubica también un importante número de bares, tabernas y locales que ofrecen las ricas y típicas tapas españolas.
Fue fundado por el cocinero francés Jean Botín, que llegó a Madrid con su esposa de origen asturiano con la intención de trabajar para algún noble de la Corte de los Austrias. En 1725, un sobrino de la esposa de Botín abrió una pequeña posada en la calle Cuchilleros y realizó reformas en la planta baja del edificio mediante las cuales quedaron cerrados los soportales existentes.
El horno más antiguo, según Guinness
Un bloque de piedra donde figura la fecha aún se conserva en la entrada del edificio. De esa época data también el horno de leña de la casa, que todavía hoy sigue atrayendo a los comensales con sus tentadores olores. El libro de récords Guinness lo ha certificado como el horno de leña más antiguo del mundo. Es imprescindible pedir un recorrido por el subsuelo y visitarlo porque es toda una experiencia.
Como hecho anecdótico referido a esta época cabe señalar que el reconocido libro de récords, en su edición de 1987, afirma que un adolescente Francisco de Goya trabajó en 1765 como friegaplatos en Botín.
Ya en el siglo XIX se reforma nuevamente la planta baja: se construye entonces el friso de madera policromada con pan de oro de la entrada, así como los escaparates y el mostrador de la pastelería en el que se vendían pestiños, bartolillos, suizos y glorias de crema. Por aquel entonces, Botín se consideraba una Casa de Comidas porque el término “restaurante” sólo lo utilizaban algunos establecimientos afrancesados, muy pocos y exclusivos, que deseaban emular a los locales parisinos.
Casa Botín presenta una fachada de ladrillos con vista clásica del siglo XVI y ocupa cuatro plantas del edificio. La cocina es tradicional castellana, y es un sitio muy concurrido pues su gastronomía es de calidad. Los centenarios comedores, todos distintos, son bellos y parecen anclados en la historia.
Ilustres personajes que pasaron por Casa Botín
Sobrino de Botín aparece citado en novelas de Ernest Hemingway, Benito Pérez Galdós, Graham Green y Frederick Forsyte. Al ser una referencia ineludible y sin igual en la capital de España, por sus antiguos comedores han pasado personajes tan ilustres. Algunos de ellos fueron Henry Kissinger, el rey Hussein de Jordania, la Familia Real española, David Niven, Charlton Heston, y Toni Curtis.
También Shirley Mclaine, Marcello Mastroianni, Quentin Tarantino, Pedro Almodóvar, Melanie Griffith y Antonio Banderas, el cantante Tom Jones y el campeón de ajedrez Anatoli Karpov, entre otras muchas personalidades.
Este restaurante, cálido y acogedor, tiene un servicio a la altura de su excepcional cocina de platos clásicos y tradicionales, como el cochinillo y el cordero asado al horno, el solomillo con champiñones, el jamón ibérico de bellota, las ricas almejas en salsa, berenjenas en salmorejo o su fantástica cazuela de pescados, entre otros muchos manjares.
En cuanto a sus postres, los más golosos no sabrán qué elegir entre la Tarta Botín con bizcocho y crema, la deliciosa tarta de queso con chocolate blanco o su típica tartaleta de manzana templada. Y no se puede dejar de lado su excelente carta de vinos, con un sabio recorrido por las principales denominaciones de origen españolas.
Además, Botín propone 12 grandes vinos españoles para que los interesados prueben lo mejor que produce un país donde el vino se convierte en arte.
Botín es un restaurante, pero también es un museo de la comida. Es un trozo de Madrid y de España anclado en la historia, un lugar que nadie debe dejar de visitar en su periplo vacacional por esta magna capital europea. Visita el sitio web del restaurante, aquí. ■
Artículos relacionados
A tocar el cielo: los nuevos restaurantes con estrellas Michelin en España
Paradores de España: entre la historia, la leyenda y el lujo
Arzak: Alquimia Gastronómica