Pero no son sólo los bolsos los que destacan en estas subastas. Los trajes de importantes casas de alta costura ya desaparecidas —como Mariano Fortuny y Poiret— y otras resucitadas —como Schiaparelli y Vionnet— se revalorizan considerablemente. Y las casas francesas e italianas Louis Vuitton, Prada, Chanel, Gucci, Yves Saint Laurent y Dior, que han marcado una época y se mantienen con el tiempo, también resultan muy atractivas. Pero lo que más puede encarecer una prenda es que la haya lucido una celebridad. Es el caso del famoso vestido blanco que llevó Marilyn Monroe en la película de 1955 The Seven Year Itch (La tentación vive arriba o La comezón del séptimo año), que es el más caro hasta la fecha. Se subastó en el 2011 por 4,6 millones de dólares.
En este negocio se mueve con soltura la experta Kerry Taylor, quien trabajó en la casa Sotheby´s de Nueva York antes de fundar en el 2003 la firma de subastas que lleva su nombre, radicada en Londres. Taylor es especialista en tejidos y moda antigua, y ha ganado fama por vender con éxito piezas del diseñador británico Alexander McQueen. En sus pujas se puede hallar desde un par de medias de punto de color salmón que data del siglo XVIII, con un precio estimado de entre 1.500 y 2.300 dólares, hasta un abrigo de damasco rosa de 1944 de la célebre diseñadora italiana Elsa Schiaparelli, por un precio de entre 15.000 y 23.000 dólares. La próxima cita de los amantes del vintage con Kerry Taylor será a finales del próximo mes de febrero. ■