Además de adornar las muñecas de hombres y mujeres con la más alta tecnología suiza, la compañía de relojes de lujo Richard Mille también embellece las camisas masculinas. Y es que las inquietudes de la famosa firma van más allá de la medición del tiempo pues produce gemelos —o mancuernillas— que bien podrían hacer juego con sus relojes.
En sólo 13 años, la compañía fundada en el 2001 por el empresario francés Richard Mille se ha consolidado en la exclusiva plaza de relojes de lujo —con la ayuda de la empresa Audemars Piguet, que es dueña del 10 por ciento del capital— codeándose con otras marcas centenarias y con grandes grupos corporativos. Y lo ha hecho con un producto audaz, muy distinto al de la competencia, con su característica forma de barril, su ligereza y sus colores atrevidos.
Los famosos “guardatiempos” se fabrican en Suiza y nunca se fabrican más de 200 unidades de cada modelo. Son exclusivas piezas de titanio y carbono terminadas a mano —algunas han batido todos los récords con un peso de sólo 19 gramos, correa incluida— y un precio que oscila entre 74.400 dólares y 2 millones de dólares.
Ideados con el mismo principio empleado en la creación de sus relojes, los gemelos automáticos de Richard Mille son innovadores y excepcionalmente técnicos, además de prácticos y estéticamente elegantes. Los ingenieros de la compañía invirtieron dos años de trabajo para desarrollarlos, pues cada gemelo tiene más de 38 componentes. Están hechos de titanio —también hay una versión con diamantes— con la superficie satinada y biselados a mano, e incorporan un mecanismo patentado que los abre con un pulsador.
Los gemelos de Richard Mille tienen un precio de alrededor de 20.000 dólares y una garantía de dos años. Están disponibles en las tiendas de la marca en todo el mundo, incluyendo la más reciente: la primera boutique de Richard Mille en Reino Unido, situada en Mayfair, uno de los barrios más exclusivos de Londres. ■