Desde la carroza en que viajaba Cleopatra hasta los transatlánticos que hicieron historia en el siglo XX, el lujo ha estado presente como expresión humana en cada una de las formas de transporte. La tecnología digital y el diseño están escribiendo un nuevo capítulo de esta historia, especialmente en la aviación comercial, donde cada vez existen aeronaves con más espacio para los clientes más exigentes.
El derroche de elegancia en los medios de transporte ha sido sinónimo del dominio exclusivo de la tecnología. Así se puede traducir el esfuerzo puesto en cada detalle de la lujosa suite Straus del Titanic, la bohemia que destilan los vagones del Orient Express —magistralmente descritos por Agatha Christie en sus célebres novelas— o los cien metros de extravagancia del Christina O, el yate en que Aristóteles Onassis inmortalizó 4 millones de dólares.
La evolución en la industria del transporte de lujo continúa hoy en día. Este sector se vale directamente de la alta tecnología, que hace posible, por ejemplo, construir un avión de dimensiones inimaginables hace sólo unos años. El desarrollo del gigante Airbus 380, la última generación de aviones transoceánicos, ha regalado a las industrias del placer y la decoración un 40% más de espacio, dando rienda suelta a la creatividad y al lujo para dejar en el olvido esa historia en que la eficiencia económica se devoraba centímetro a centímetro la comodidad y el glamour de los vuelos de antaño. Antes del A380, la carrera por la exclusividad y la elegancia se desarrollaba sólo en los distintos modelos de Boeing (747-777), que habían sido acondicionados con cabinas especiales de primera clase y clase ejecutiva para ciertas rutas.
Emirates.
En la primera década del siglo XXI, el monopolio del lujo en el aire estuvo casi exclusivamente en manos de la aerolínea Emirates, diseñada para transportar a los emires y potentados del petróleo desde Dubái al mundo: un spa en el aire, con cocina gourmet y amplias zonas para el relax y la auto indulgencia. Como era de esperar, las ventajas del Airbus 380 sobre el Boeing 747 en economía de vuelo y espacio físico fueron identificadas rápidamente por Emirates, que se convirtió en la segunda aerolínea en adquirir uno de estos majestuosos aviones, y hoy es el principal cliente del fabricante europeo con un total de 140 órdenes en construcción.
Singapore Airlines.
El primer cliente del Airbus, sin embargo, fue Singapore Airlines, otra de las maestras de la nueva explosión del lujo en las cabinas presurizadas. La forma en que esta aerolínea le dio uso al espacio extra que ofrece el Airbus se concretó, principalmente, en sus exclusivas cabinas VIP, con suites personales o para parejas, amuebladas con asientos de cuero, camas dobles, servicio de mayordomo personal, cocina gourmet y pantallas de 23 pulgadas para disfrutar de un menú de 100 películas y 180 programas de televisión.
Entre las aerolíneas europeas, Lufthansa se ha puesto a la cabeza del lujo en el servicio de primera clase, tanto en el Airbus 380 como en el clásico Boeing 747. “El concepto de primera clase significa esperar siempre lo excepcional. Es la perfección hasta en el más mínimo detalle”, afirma Nils Haupt, director de comunicaciones de Lufthansa. Esto se materializa en un servicio eficiente que abarca desde la llegada al aeropuerto de Frankfurt, Alemania, hasta el disfrutar de una cama “real” en el aire. Para los pasajeros de clase ejecutiva o de negocios, esta aerolínea cuenta con asientos que se transforman en una cama de 2 metros de largo. “El diseño abierto de la cabina, la configuración de los asientos y el uso de colores en tonos sutiles y naturales, ayudan a crear una sensación de amplitud”, enfatiza Haupt.
Lufthansa.
Etihad Airways es otra de las compañías que hace historia en este sentido. La aerolínea oficial de los Emiratos Árabes Unidos acaba de adquirir su primer Airbus 380 y se esperan sorpresas. Hasta ahora, su flota de aviones ha sido suficiente para desarrollar el ya destacado servicio Diamond First Class en seis de sus aviones A330. Este servicio de primera clase contempla desde la exclusividad culinaria protagonizada por un personal entrenado por chefs de restaurantes famosos, hasta una cabina con asientos que se convierten en una suite privada, con pantalla de televisión de 23 pulgadas, mini bar y vestidores.
Etihad Airways.
La industria del lujo está trabajando arduamente para engalanar a la aviación comercial, un servicio que nació como una oferta exclusiva en la década de 1960 pero que sucumbió ante la búsqueda de eficiencia económica por las siguientes cinco décadas. El glamour perdido en aviones que parecían —y se sentían— cada vez más estrechos, con ofertas gastronómicas cada vez más básicas, podría renacer gracias a la competencia por el lujo en la que están enfrascadas las principales compañías aéreas del mundo en el primer cuarto del siglo XXI.
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