En Florencia, en la región italiana de la Toscana, brilla una joya de la gastronomía italiana. Se trata del refinado restaurante Enoteca Pinchiorri, situado en un rincón privilegiado de la ciudad de los Médici: en el número 87 de la Via Ghibellina, en el Palazzo Jacometi Ciofi, que data del siglo XVIII.
Giorgio Pinchiorri, Annie Feolde.
Los propietarios de Enoteca Pinchiorri son un matrimonio encantador muy conocidos en Italia. Ella es Annie Feolde, nacida francesa pero italiana de corazón y de alma, y él es Giorgio Pinchiorri, italiano de pura cepa. Annie llegó a Florencia hace más de 40 años para perfeccionar su italiano, pero hizo mucho más: se enamoró perdidamente de Giorgio y de la ciudad. En una colaboración pasional en la que se mezclan las culturas italiana y francesa, el restaurante ofrece un auténtico sabor italiano en la mesa.
Durante décadas, Annie se ha ocupado de la cocina con muy buena mano, mientras que Giorgio ha estado a cargo del comedor y de los vinos, su gran pasión. Considerado el templo de los establecimientos gourmet de Florencia, este restaurante ha sido merecedor de tres estrellas Michelin y cuenta con una legendaria carta de vinos.
La chef Feolde utiliza especialidades de la Toscana como inspiración para su cocina. Ha creado un entramado culinario admirable por dos razones: la habilidad con la que trata a las materias primas que enorgullecen a esta región, y por una imaginación e innovación que son siempre respetuosas con la tradición. Cada una de las creaciones de la chef es excepcional; con razón Feolde es la primera mujer en Italia en recibir tres estrellas Michelin por su restaurante (Carme Ruscalleda, la mujer con más estrellas Michelin del mundo).
Clásica y elegante, la decoración de los salones de Enoteca Pinchiorri proporciona un ambiente acogedor, sereno y confortable que se complementa con un agradable patio interior. Con un magnífico servicio, su personal destaca por ser profesional, atento y cordial. Excelente el menú degustación de seis platos: cada uno es un verdadero regalo para el paladar, una extraordinaria sinfonía de sabores, aromas y texturas que alcanza su mayor esplendor cuando se marida con los mejores vinos propuestos por el sumiller.
Se puede tocar el cielo con la punta de los dedos si piden platos de pasta como los raviolis de patata rosa con gambas al azafrán y espinacas, así como los caramelos rellenos de berenjena y queso de cabra con mantequilla y salvia, o los admirables raviolis rellenos de carne estofada con queso parmesano fundido y el jugo del asado.
Sin duda, el restaurante Enoteca Pinchiorri es un templo gastronómico que enorgullece a una de las ciudades más hermosas del mundo. ■