En el corazón de la Toscana, en la región de Valdarno, ha surgido una visión idealizada de la vida tradicional de la zona. A una hora de distancia del aeropuerto de Peretola en Florencia, se encuentra Il Borro, una finca medieval convertida en un oasis de ocio con toques contemporáneos, acariciado por los campos vinícolas y por las cercanas montañas de Pratomagno.
Ubicada en Arezzo, en el recodo del río Arno en su camino hacia la capital toscana, el ambiente bucólico crea con facilidad la atmósfera ideal para unas vacaciones relajantes en la cuna del Renacimiento italiano. Salvatore Ferragamo, nieto del fundador de la famosa marca de lujo es quien dirige la propiedad y quien la ha restaurado meticulosamente después de años de negligente abandono.
Desde 1950, los italianos han estado a la vanguardia de un nuevo concepto en viajes: el agroturismo, una combinación de las palabras italianas para la agricultura y el turismo, se ha hecho el dueño de la campiña italiana para ofrecer vacaciones rurales en las que los invitados se acercan a la naturaleza en casas de huéspedes y pintorescas villas restauradas.
Estas vacaciones son una de las opciones favoritas de las familias con niños, ya que los visitantes suelen sumergirse en el estilo de vida y la cultura local. Por eso mismo, también hacen las delicias de las parejas que buscan una escapada romántica. En Il Borro Estate se vive el agroturismo en su máxima expresión. Con villas exquisitas equipadas con todas las comodidades; casas de labranza inmersas en viñedos y campos de girasoles, y tradicionales apartamentos en la aldea de la finca, todas las opciones conducen a un mismo objetivo: encontrar relajación en un oasis de tranquilidad, lejos del frenesí de la vida cotidiana. Si a esto le añadimos una deliciosa cocina y vinos de cosecha propia, la experiencia no puede ser más valiosa.
Durante años, la familia Ferragamo alquilaba la finca, que en aquella época pertenecía al duque Amadeo de Aosta, para las temporada de caza. En 1993 surgió la oportunidad de comprar toda la propiedad, incluyendo el pueblo en ruinas y la gran villa, que había sido parcialmente destruida durante la segunda guerra mundial. La finca ha sido restaurada, recuperando el antiguo esplendor que se había perdido con los años y a la vez abriendo las puertas para el desarrollo de dos proyectos importantes: ofrecer a sus huéspedes una experiencia de lujo única y catas de vinos de calidad para hacer su estancia en Il Borro inolvidable.
El paisaje que rodea el lugar florece con cipreses, olivos y viñedos, mientras que las ciudades y las aldeas pintorescas que lo circundan recrean la vida tradicional de la Toscana. Aún así, es justamente el bucólico emplazamiento de Il Borro el que sigue siendo el protagonista de cualquier escapada a este lugar. Su perfecta ubicación, digna de una postal y cerca de la antigua Via Clodia, forma parte de la historia medieval. Los huéspedes pueden asistir a clases de cocina, visitar la bodega, dedicarse a la caza de jabalíes y faisanes, visitar los castillos y abadías de Valdarno, desandar los pasos de Leonardo da Vinci, vivir la experiencia de un emocionante viaje en un globo de aire caliente, participar en un taller organizado por artesanos de la aldea medieval Il Borro o, simplemente, relajarse en la lujosa comodidad de la piscina. Tenis, paseos a caballo y golf en las inmediaciones para los visitantes más atléticos; tratamientos de belleza y relajación en el Spa La Corte, para balancear la dureza de una jornada en las pistas, son otras de las opciones. Los dos restaurantes de la aldea, Vin Café y Osteria del Borro, completan la aventura, ofreciendo una deliciosa cocina toscana directa de la granja a la mesa.
Esta región del norte de Italia ha dejado una marca indeleble en nuestra percepción de la cultura. Conocida por sus paisajes bucólicos, los buenos vinos y la icónica gastronomía, Toscana ha sido el hogar de italianos ilustres como Miguel Ángel, Da Vinci, Petrarca, Puccini, Medici, Botticelli y otros.
Este centro cultural apuesta por un equilibrio entre tradición e innovación, o lo que podríamos llamar “la modernidad histórica”. Il Borro Estate personifica la dolce vita de la Toscana, y es el hogar ideal para los herederos de las mejores casas de moda italianas. ■