“Es la tierra de Soria árida y fría. Por las colinas y las sierras calvas, verdes pradillos, cerros cenicientos, la primavera pasa, dejando entre las hierbas olorosas sus diminutas margaritas blancas”. Así comienza uno de los poemas que el admirado poeta sevillano Antonio Machado (1875-1939) dedica en su poemario “Campos de Castilla” a Soria, la tierra española que lo acoge durante mucho tiempo.
Ahora que en el 2014 se cumplen 75 años de la muerte de Machado, Soria se prepara para conmemorar el significativo paso del poeta por la ciudad con diferentes actos y homenajes.
Antonio Machado.
Antonio Machado llega a la ciudad en mayo de 1907 con 32 años, tras aprobar la cátedra de Lengua Francesa. Se instala en la ya desaparecida pensión de Isabel Cuevas, en la esquina de la calle Estudios, donde conocerá a Leonor Izquierdo, su amor eterno. El poeta se enamora de la joven desde el primer momento y, tras un tiempo de noviazgo, ambos deciden casarse el 30 de julio de 1909 en la iglesia de Nuestra Señora de la Mayor. En enero de 1911, se trasladan a París, donde Leonor enferma de tuberculosis, por lo que deben regresar a España. La esposa y musa del poeta muere el 1 de agosto de 1912, tan sólo tres años después de contraer matrimonio, siendo enterrada en el cementerio del Espino, en Soria. A los pocos días, Machado abandona la ciudad para continuar su labor docente en Baeza, Jaén (cómo conocer y disfrutar de Baeza), pero en 1932 regresará a Soria por última vez para recibir un sentido y merecido homenaje. El poeta muere en la localidad francesa de Colliure, el 22 de febrero de 1939. Sin embargo, Soria será una constante en su vida y su obra, y un recuerdo perenne de un amor truncado que refleja magistralmente en su intenso poemario.
Soria es una urbe que parece haberse detenido en su época medieval. Un recorrido por los lugares que frecuentó Antonio Machado en esta localidad tal vez sea uno de los aspectos más interesantes y atractivos para el visitante. Una ruta emocional de la mano del poeta por rincones y parajes de inusual belleza que merecen ser conocidos para saber más de la historia de un país como España, que atesora un vasto, rico y esplendoroso legado cultural y artístico.
Claustro de San Juan de Duero
Construido entre los siglos XII y XIII, el antiguo Monasterio Hospitalario de San Juan de Jerusalén alberga uno de los claustros más peculiares del arte románico en el mundo. La combinación de diferentes arquerías, así como la mezcla de estilos de esta construcción mudéjar con influencias sicilianas, hacen de él un espacio único. En su interior destacan los dos templetes de la cabecera, de resonancias orientales.
Concatedral de San Pedro
Claro ejemplo del románico castellano, en su interior se encuentra el Claustro, la gran joya del edificio. Construido a mediados del siglo XII y declarado Monumento Nacional, este patio románico conserva tres de sus galerías, con arcos de medio punto sobre dobles columnillas que descansan en un podio corrido. Sus capiteles de arenisca forman un universo de animales fantásticos, alegorías y escenas bíblicas. Destacan la puerta del antiguo Refectorio y la entrada a la Sala Capitular, con arco de medio punto lobulado. Era uno de los lugares favoritos de Machado para pasear y meditar.
San Saturio
La Ermita de San Saturio está construida sobre la gruta en la que vivió el ermitaño Saturio en el siglo VI. Esta construcción es la imagen más reconocible de Soria, y no lo es tan sólo por cobijar a su santo patrón, sino porque fusiona bellamente el arte y la naturaleza a orillas del río Duero. El templo del siglo XVIII, al final del Paseo que la une con San Polo, consta de una capilla rupestre, varias salas y una iglesia de planta octogonal con frescos y retablo barroco.
San Polo
Convento de origen templario fundado bajo el reinado de Alfonso el Batallador. Estuvo habitado hasta 1312, año en el cual la Orden del Temple fue suprimida y todas estas propiedades pasaron a manos del rey. De lo que antiguamente fue el convento, sólo queda la iglesia, que por estar atravesada en el camino que conduce hasta la ermita de San Saturio, se habilitó un pequeño túnel para permitir el paso. Aquí se desarrollan las hermosas y terroríficas leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer El rayo de luna y El monte de las ánimas. También es un sitio evocador que inspiró al poeta en sus largos y frecuentes paseos.
Iglesia del Espino
“Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo, algunas hojas verdes le han salido”. Éste es el comienzo del poema de Antonio Machado titulado “A un olmo seco”. El árbol centenario que ya enfermo languidece frente a la Iglesia del Espino inspira al poeta, quien ve un paralelo entre el final del olmo y el de su mujer enferma. Los restos de Leonor, la joven esposa del poeta, descansan en una tumba de este cementerio.
El mejor lugar para hospedarse en Soria es, sin duda alguna, el Hotel Parador de Turismo (Paradores de España), que lleva el nombre de Antonio Machado. Su ubicación en lo alto de una colina proporciona unas excelentes vistas de la ciudad monumental. Para probar la mejor gastronomía está el restaurante Baluarte, que elabora una cocina inspirada en la tradición castellana con interesantes toques de modernidad utilizando productos de alta calidad.
Soria es una ciudad asombrosa, llena de rincones únicos, que encierra en sí misma un sinfín de posibilidades. Tierra castellana plena en arte e historia en la que vivió Antonio Machado, uno de los más grandes poetas de la lengua española. ■