El vino Tokaji, también conocido como Tokay, es uno de los más ilustres y legendarios del mundo. Este vino ha llegado a convertirse en un reconocible referente cultural de Hungría que incluso aparece citado en el himno nacional del país.La industria vitivinícola húngara comenzó su andadura en la época de los celtas y se desarrolló durante la ocupación romana.
Tuvo su verdadero esplendor en la Edad Media, durante las invasiones otomanas, cuando el abad Szepsi Laczkó Máté, un héroe nacional, pospuso la vendimia ante un inminente ataque de los turcos. Este hecho hizo que la uva se pudriera por el ataque del hongo botrytis cinerea, pero lejos de estropear completamente la materia prima, esto aporto al vino resultante una gran complejidad, con extraordinarias propiedades organolépticas. Mira aquí nuestra selección y recomendaciones de vinos de todo el mundo.
Los Tokay son vinos únicos que se elaboran en la región de Tokaj, zona situada en el nordeste de Hungría, donde se producen las uvas de las variedades furmint, hárslevelú y sárga muskotály, con las que se elabora este distinguido vino.
La gran particularidad del Tokay, con respecto a otros vinos nobles dulces, reside en varias de sus características intrínsecas, como el cultivo de las uvas en suelos de origen volcánico, que se elevan en montículos cónicos. También, la influencia de los ríos Bodrog y Hernád, que convergen al sur de la sierra, donde la llamada “montaña pelada” se alza a 528 metros por encima de las poblaciones de Tokaj y Tarcal. Las montañas aportan abrigo, y los ríos originan las neblinas otoñales que mantienen la uva húmeda. Los largos envejecimientos en cuevas subterráneas de 8 metros de profundidad, cubiertos de un hongo muy particular, y el original sistema de puttonyos (cantidad de uva botritizada añadida por cantidad de mosto o vino), son elementos que confieren al vino su dulzor y su gusto mohoso a champiñones.
Un buen vino Tokay tiene cualidades comunes: buena acidez, frescura, equilibrio, intensidad y gran complejidad aromática con esencias de flores, junto con toques de melocotones y ciruelas maduras. Además, son vinos con sabores complejos que recuerdan a la miel, al membrillo, al caramelo y a los frutos secos como las almendras y las avellanas.
La cumbre de los vinos Tokay es el Tokay Aszú, considerado como el vino dulce más noble del mundo, en cuyo desarrollo ejerce su benigna influencia la podredumbre producida por el citado hongo. Es el vino por el cual el zar Pedro el Grande de Rusia mandó tropas de cosacos a que vigilaran las bodegas de Tokaj y custodiaran los caminos por los que se transportaba este vino hasta San Petersburgo para que fuera servido en la mesa de Catalina la Grande. Por su parte, Voltaire dijo sobre el Tokay Aszú: “Este vino vigoriza cada fibra de mi cerebro y produce en lo más profundo de mi alma un destello encantador de inteligencia y buen humor”.
El vino Tokay Aszú sólo puede ser elaborado en años de cosechas excelentes, cuando la naturaleza provee las condiciones climáticas favorables para el desarrollo de la podredumbre noble en las mejores condiciones. En las notas de degustación de estos vinos destacan la gran limpieza y, sobre todo, el excelente equilibrio entre dulzor y acidez. El Aszú está entre los vinos Tokay más caros, y uno de los mejores es el Oremus, de la bodega española Vega Sicilia, que se estableció en la zona hace ya varios años.
Otras grandes bodegas elaboradoras del vino Tokay son Disznókö, Füleky, Szepsy, Royal Tokaji y Királyudvar. Cualquiera de los vinos Tokay producidos por estas bodegas provocará momentos de enorme placer. ■