Ubicado en las altiplanicies de los Andes bolivianos, el Salar de Uyuni es, sin duda, uno de los paisajes naturales más esplendorosos de la región. Los vastos espacios abiertos que caracterizan a este desierto de sal ofrecen un horizonte difícil de igualar.
Situado en la región de Lika, este paraje se caracteriza por sus lagos color turquesa que se conectan entre ellos a través de majestuosas cascadas y cataratas. Un paseo por sus puentes de madera le llevará a las entrañas de este místico lugar de Croacia.
Uno de los desiertos más hermosos de Sudamérica acoge la laguna de Huacachina. Conocida también como el Oasis de Huacachina, este cuerpo de agua está rodeado de altísimas dunas de fina arena.
Uno de los destinos de turismo de aventura por excelencia, el Monte Ai-Petri es también uno de los iconos más representativos de la península de Crimea. Un recorrido por sus puentes colgantes constituye una experiencia inolvidable.
Localizada en las islas Marietas, esta playa se encuentra resguardada al interior de una cueva. Su clima paradisíaco y sus cristalinas aguas la han convertido en uno de los destinos más atractivos de las islas, sobre todo para actividades como el snorkeling y los recorridos en kayak.
En la provincia china de Hunan se erige una de las esculturas naturales más impresionantes del mundo. Bautizada como Montañas Tianzi, esta formación rocosa la conforman diversas cúspides que se levantan una por encima de la otra, creando un vertiginoso patrón en el paisaje. El conjunto montañoso cubre un área de más de 60 kilómetros cuadrados con sus espléndidas vistas.
Durante el invierno, con temperaturas que alcanzan los 40 grados centígrados, los árboles de Laponia se cubren de nieve y escarcha transformándose en corales de hielo que parecen estar dormidos.
En las costas de esta isla de las Maldivas puede apreciarse uno de los espectáculos más surrealistas del mundo. Conocido como bioluminiscencia, este fenómeno ocurre cuando la temperatura ambiente es muy alta y un microorganismo del agua —llamado fitoplancton— es perturbado por el oxígeno y la marea. El resultado es la ilusión de un universo celeste que parece extenderse a lo largo de las playas.
El archipiélago australiano de Recherche alberga este inmenso lago rosado. La arena y el frondoso bosque que lo rodean resaltan la extraña tonalidad de sus aguas, creando un paraje fantástico. Aunque nadie sabe exactamente a qué se debe la rara tonalidad del agua de este lago, lo cierto es que es una de las atracciones más peculiares de Australia.
Estas vastas cuevas de mármol se extienden por la frontera que divide la Patagonia chilena de la argentina. Esculpidas durante miles de años por la acción del agua, las Cavernas de Mármol ofrecen pasajes acuáticos que pueden recorrerse en pequeñas embarcaciones. Estas monumentales formaciones también son conocidas como La Catedral de Mármol.
El bosque de bambú Sagano Arashiyama se encuentra a muy pocos kilómetros de la ciudad japonesa de Kyoto. Si bien el recorrido que ofrecen sus senderos durante el día es esplendoroso e invita a la contemplación, admirar el bosque iluminado de noche también es un espectáculo inigualable.
Este pequeño cañón en el desierto de Arizona no sorprende por sus dimensiones, sino por su juego de colores. Ubicado en la reserva de los indios navajo, el cañón ostenta suaves formaciones que han sido cuidadosamente talladas por el viento, creando formas orgánicas de tonalidades térreas y rojizas. ■