*azureazure ha hecho el firme compromiso de ayudar tanto a nuestros lectores como a las industrias más castigadas por esta pandemia. ¡Estamos contigo en estos difíciles momentos que vive nuestro planeta! A lo largo de esta crisis, estaremos publicando nuestros artículos regulares, que esperamos te inspiren y ayuden a escapar un rato de la terrible situación actual, junto a contenido específico sobre el Coronavirus a nivel mundial. ¡Nos encantaría escuchar de ti! Contáctanos a azure@azureazure.com.*
El archipiélago de las Islas Faroe parece salido de una novela fantástica. Con más de 1,000 kilómetros de Dinamarca, consta de 18 islas montañosas de bucólicos paisajes, arquitectura antigua y un naturaleza perfectamente conservada.
La creciente avidez del segmento de viajeros exclusivos por visitar sitios no frecuentados por el turismo masivo ha llevado a descubrir sitios como las Islas Faroe, en medio del Atlántico Norte, situadas a 1.310 kilómetros de tierra conocida (Dinamarca). El archipiélago está integrado por 18 islas montañosas con clima oceánico y medias anuales de 0.3ºC en enero y 11ºC en agosto.
Las islas ofrecen al viajero naturaleza salvaje, aire puro y una cultura auténtica emplazada en paisajes impresionantes y en pintorescos pueblos costeros de pescadores.
Su clima es riguroso, con fuertes y persistentes vientos que no cesan en ningún momento. El cielo plomizo es tan habitual como la densa niebla que emerge e invade todo durante horas. El fragor del mar estrellándose contra los altos acantilados es siempre el sonido de fondo. Muy pocos podrían pensar que es una descripción del lugar elegido por el turismo de alto nivel. Sin embargo, el número de viajeros de alto nivel que lo visitan sigue creciendo cada día.
Favoritas de la National Geographic
No todo es gris en las Islas Faroe. Las praderas, de intenso y uniforme verde, se extienden en suaves ondulaciones desde el borde de los acantilados hasta las costas menos abruptas del sudeste. Rebaños de ovejas pastan en libertad, y de vez en cuando surgen las típicas construcciones de techos cubiertos de césped.
La amabilidad con que se recibe al visitante es otro de sus aspectos distintivos. En una reciente encuesta de la National Geographic sobre comunidades insulares del mundo, las Islas Faroe recibieron las mejores calificaciones por su preservación de la naturaleza, su arquitectura histórica y su estilo de vida.
Las islas ofrecen al viajero naturaleza salvaje, aire puro y una cultura auténtica emplazada en paisajes impresionantes y en pintorescos pueblos costeros de pescadores.
Se dice que los primeros pobladores de las islas también pretendían encontrar allí algo de paz y privacidad. Se presume que habrían arribado alrededor del siglo VI, y que eran anacoretas que llegaron desde Irlanda escapando de las mundanas tentaciones. Durante unos doscientos años disfrutaron del aislamiento.
Pero como toda felicidad se termina, en el siglo IX arribaron los vikingos. Dos siglos después, se hicieron presentes los noruegos y, posteriormente, los daneses, que se quedaron hasta el presente. Culturas nórdicas que han ido dejando su impronta y confieren a los isleños una historia común y un estilo de vida distintivo.
Alcanzando las islas
Las Islas Faroe disfrutan de una independencia política casi plena, aunque están ligadas administrativamente a Dinamarca. Entre dos y cinco vuelos semanales la unen con Dinamarca, Inglaterra, Islandia y Noruega. En verano, suman un vuelo directo desde Barcelona, España. También se puede arribar por mar.
En transbordador desde Dinamarca son unas 30 horas de navegación para atravesar el océano. Las islas de este archipiélago están bien conectadas mediante servicios de transbordadores y modernas redes de carreteras, puentes y túneles submarinos, y lo habitual es alquilar un auto para desplazarse. Apenas 50.000 habitantes comparten este archipiélago.
Una inesperada fama
La lana que se produce en las islas es de excelente calidad. Sus jerséis tejidos a mano, a la antigua usanza, fue lo que realmente las dio a conocer. Todo comenzó con la famosa serie danesa The Killing. En ella, la protagonista principal viste distintos modelos de jerséis que cautivaron a sus seguidores.
Gudrun Ludvig, titular de la firma local Gudrun & Gudrun y fabricante de esos jerséis, expresa en un reportaje que en sus colecciones combina diseños tradicionales y contemporáneos. “Los primeros son una concesión a nuestra historia. En las islas Faroe, las mujeres de los pescadores tejían jerséis con motivos personalizados a sus maridos, y así, cuando iban a esperarlos al puerto, enseguida los reconocían desde la distancia.
Los segundos son una apuesta más innovadora, con cortes arriesgados y colores vibrantes que seducen a los compradores de Italia, Reino Unido y Japón. Un motivo más para visitar Islas Faroe. ■
Artículos relacionados
Cruceros a la Antártida: viajes únicos y exóticos
Los cinco mejores destinos de aventura poco conocidos, según Ryan Pyle
Estas son las playas más zen de Nueva Zelanda