Udaipur conserva el encanto de las urbes decadentes. Aunque su principal palacio es de color ocre, la llaman la ciudad blanca del Rajastán, un estado del noroeste de la India, en la frontera con Pakistán. El azul de sus cuatro lagos ―Pichola, el más grande y céntrico; Fateh Sagar, Rang Sagar y Swaroop Sagar― refleja el verde de sus colinas y el blanco de sus templos. Los saris de las mujeres y las casas en las que viven completan, elegantes, la paleta de colores.
Posible escenario de las mil y una noches, Udaipur se esconde entre la cadena montañosa Aravalli, que cruza el centro de Rajastán, formando una diagonal de 700 kilómetros (434 millas). Pero su encanto reside a ras del suelo y, sobre todo, del agua. El lago Pichola acoge dos islas y sus respectivos palacios: Jag Mandir, que data de 1620, y Jag Niwas (o Palacio del Lago), construido en 1746, antigua residencia de invitados del marajá.
Allí también está ubicado el hotel Taj Lake Palace, deslumbrante con su mármol blanco, escenario de las andanzas de James Bond en el filme Octopussy de 1983. A un precio de entre 600 y 3.000 dólares la habitación doble en temporada baja, alojarse allí es una experiencia altamente recomendable.
El principal palacio de Udaipur es el City Palace, que se erigió a lo largo de tres siglos, del XVI al XIX, por orden de distintos gobernantes. Abrumadoramente grande, ocre y majestuoso, fue el principal palacio del marajá. Hoy, City Palace alude a un complejo de edificios independientes pero relacionados entre sí. Afortunadamente, los añadidos han respetado las versiones anteriores. Lo mismo ha ocurrido con los palacios de Shiv Niwas y Fateh Prakash, que se unieron posteriormente al bloque principal y que actualmente son hoteles de lujo, como el Leela Palace, donde cada habitación cuenta con su propio mayordomo.
Cerca se encuentra el elegante hotel cinco estrellas Oberoi Udaivilas, perteneciente a la compañía hotelera india Oberoi. Circundado por hermosos jardines bien cuidados, a la entrada le recibirán con pétalos de rosa y un paraguas para protegerse de los rayos del sol. Otro hotel de lujo que recomendamos es el de la cadena Trident, presente en todo el estado y en las principales ciudades del país. Su restaurante internacional supone un paréntesis a la especiada comida hindú, y sus piscinas son de lo más valorado tras un largo viaje por Rajastán. ■