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El río Iguazú, que significa agua grande en lengua guaraní, atraviesa la antigua selva sudamericana para caer abruptamente a un abismo de más de 80 metros de profundidad. Desde la profunda garganta natural se eleva hacia el cielo una nube blanca de la que se desprenden iridiscentes arcoiris. Los vencejos revolotean en torno a los saltos mientras que el incesante sonido del agua al caer atraviesa en suave y sigiloso rumor la frondosa jungla. En ese lugar paradisíaco se yergue el exclusivo Hotel Gran Meliá Iguazú.
Las Cataratas del Iguazú han sido distinguidas recientemente como una de las Nuevas Maravillas del Mundo. Están protegidas, junto a la Selva Paranaense circundante, bajo el estatus de Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Es el conjunto de cataratas más grande del mundo por su amplio abanico de 2.700 metros de longitud, por donde el río despliega 275 saltos de agua.
Hotel Gran Meliá Iguazú: descanso y relax selvático
El hotel tiene una privilegiada ubicación dentro del Parque Nacional Iguazú y a la vista de las famosas Cataratas del Iguazú. Es un lugar ideal para disfrutar de actividades en contacto con la naturaleza, del relax y la meditación. El establecimiento propone amplios jardines con piscina, áreas de descanso y servicios de gran lujo, características que tradicionalmente distinguen a la cadena de hoteles internacionales.
Al estar situado dentro del área protegida del Parque Nacional Iguazú, el establecimiento cumple con estrictas normativas en cuanto a la preservación del ambiente y paisaje. Tal programa incluye, entre una extensa lista de acciones, el control microbiológico en las habitaciones mediante ozono y un sistema de ionización para el tratamiento del agua de las piscinas.
Las habitaciones, modernas y confortables, tienen vista a las Cataratas y a la jungla. Los viajeros suelen destacar la relajante propuesta de Spa que incluye finos tratamientos en base a productos naturales. El viajero dispone además de canchas de tenis y miradores desde donde se puede contemplar el maravilloso entorno natural. Entre los principales atractivos de entretenimiento, se destaca el Casino Iguazú, uno de los más importantes de Latinoamérica. La gastronomía es uno más de los aspectos que distinguen al Gran Meliá Iguazú y el resort ofrece cocina internacional con toques autóctonos que enamoran a los visitantes.
Perfecta conectividad
Si bien las Cataratas del Iguazú están situadas en un área selvática y alejada en la frontera entre Brasil y Argentina, a partir de mediados de año una nueva ruta aérea enlazará directamente Iguazú con Europa. En la actualidad, varias líneas aéreas arriban diariamente a Iguazú desde distintos puntos de Argentina y de América Latina. La conectividad se completará con la próxima terminal fluvial de Cruceros que permitirá llegar a las Cataratas navegando el mítico Río de la Plata y el Paraná, desde Buenos Aires en un trayecto que promete ser encantador.
Disfrutar de la selva
El clima local es tropical y húmedo con temperaturas medias de 24ºC en el verano austral y 14ºC en invierno. Precipitaciones abundantes en verano que estimulan la exuberancia de la flora selvática aunque no impiden el disfrute turístico del entorno natural.
Los árboles de la selva Paranaense suelen alcanzar los 40 metros de altura. En su base proliferan helechos, orquídeas salvajes y arbustos que se transforman el el hábitat propicio de pequeños y simpáticos mono caí, coloridos tucanes de gran pico amarillo, diversidad de aves y pequeños mamíferos como los agutíes, coatíes, corzuelas (pequeños ciervos) y lagartos, entre otros exponentes de la variada fauna selvática. El ave emblemática de las Cataratas es el vencejo de cascada, cuya particularidad es anidar en las rocas detrás de los torrentosos saltos de agua y maravillar al visitante con su vuelo rasante atravesando las cascadas de la Garganta del Diablo. ■
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