En Beaujolais, muy cerca de la ciudad renacentista de Lyon en el suroeste de Francia, en un paraje rodeado de bosques y viñedos donde el vino es emblema y forma de vida, hay un majestuoso monumento artístico del siglo XIII conocido como el Château de Bagnols.
Amorosa y pacientemente restaurado por los sucesivos propietarios a lo largo de los siglos, Château de Bagnols es hoy en día un hotel de lujo que conserva aún muchos de sus excepcionales y auténticos detalles arquitectónicos, como las impresionantes torres defensivas medievales, el foso original, el puente levadizo, el recinto amurallado y las piedras de arenisca con un ligero color miel —conocidas como pierres dorées— que le confieren su peculiar tono dorado.
El Château de Bagnols, que se encuentra a tan sólo 45 minutos del aeropuerto de Saint-Exupéry en coche, tiene fama de ser uno de los más bellos castillos-hoteles del mundo. Y su fama no es exagerada en absoluto, pues aparte de contar con suites y habitaciones de excepcional galanura, posee un encantador jardín francés, unos baños romanos equipados con calefacción y una agradable terraza sombreada por tilos centenarios, ideal para disfrutar de un buen vino francés durante las bucólicas y algo frescas noches veraniegas.
Por otra parte, Salle des Gardes, el restaurante del castillo, es un lugar que no se olvida fácilmente pues está ubicado en la Sala de Guardia, con un mobiliario de excepcional apostura, presidido por una de las mayores chimeneas góticas existentes en Francia, la cual se enciende para reconfortar a los clientes durante los fríos y largos días invernales.
En sus cocinas se desenvuelve con particular destreza el incomparable chef Jean Alexandre Ouaratta, quien ha trabajado junto a algunos de los más grandes cocineros del mundo como Paul Bocuse y Yannick Alléno. Creaciones gastronómicas evocadoras de la mejor cocina gala, que utiliza productos de gran calidad en un entorno único, elegante y refinado, con la posibilidad de probar las distintas variedades de vinos de Beaujolais, de la vecina Borgoña o de cualquier otra zona de Francia.
El castillo alberga 22 exclusivas y espaciosas habitaciones que trasladan al viajero a la Edad Media o al Renacimiento. Sus suites tienen evocadores nombres: Authentique, Elegance, Prestige, Paradis y Lady Hamlyn. Son enormes y cómodas estancias dignas de un rey, con amplios baños de granito y mármol.
Cada uno de los aposentos está decorado con muebles originales del castillo, que datan de los siglos XVII y XVIII, complementados con piezas de la época adquiridas a través de prestigiosos anticuarios, cuyo estilo y originalidad producen sensaciones difícilmente comparables. Muchas de las suites conservan incluso todavía restos de pinturas al fresco en sus paredes y suelos, que en muchos casos son originales de la época.
El Château de Bagnols ofrece todo tipo de servicios para que el cliente se sienta como en casa, desde alquiler de coches con chofer, servicio de babysitter, cursos de alta cocina francesa, equitación y golf en los alrededores, hasta excursiones en avión privado para disfrutar la vista de los preciados bosques y viñedos de la zona. Además, admiten mascotas.
El lujo y el placer se dan cita en el Château de Bagnols, que ha alcanzado su quinta estrella y ahora es miembro orgulloso de los Small Luxury Hotels of the World, todo un reconocimiento que alcanzan muy pocos establecimientos hoteleros y que sin duda se merece con creces. ■