Montreux, conocida como la “Perla de la Riviera Suiza” es una ciudad cuyo paisaje extasía por su frondosa naturaleza, y sorprende por el gran número de acontecimientos deportivos relacionados con la nieve, así como por sus festivales musicales y exposiciones artísticas.
Situada entre la orilla norte del lago de Ginebra y los Alpes suizos, se destaca también por el alto nivel de vida de sus residentes, evidente en las lujosas mansiones que jalonan la orilla.
Durante el siglo XIX y el XX Montreux se convirtió en lugar de peregrinación de grandes personajes como Lord Byron, el matrimonio de Percy y Mary Shelley, León Tolstoi, Hans Christian Andersen, y más recientemente fue hogar de Freddy Mercury, líder de la banda Queen, quien en 1991 grabó aquí su último disco: Made in Heaven. En su honor se erigió una estatua junto al lago.
En un destino de tanta solvencia no podía faltar un hotel como el Fairmont Le Montreaux Palace, que destila grandeza y exquisitez. Ubicado en un admirable entorno natural es un tesoro de la arquitectura de la Belle Époque. Abrió sus puertas en 1906 y ofrece tradición europea y comodidad en sus 236 habitaciones y suites lujosamente decoradas y equipadas con las últimas tecnologías.
Los clientes del hotel pueden disfrutar de una grata experiencia culinaria con los distintos restaurantes ubicados en su interior como, MP’S Bar & Grill, Montreal Jazz Café, Bar de Funk Claude, El Salón y La Terrassa du Petito Paláis.
También dispone de instalaciones pensadas para aliviar el cuerpo y el alma como el spa Billo Trema, que consta de jacuzzis, baño turco, sauna y dos piscinas.
En su entrada principal, en el edificio primigenio de los dos de los que se compone actualmente el hotel, hay un gran salón con columnas, lámparas de araña de cristal y grandes frescos, y al lado, un recordatorio de tiempos pasados con objetos antiguos del hotel y fotografías como la del escritor Vladimir Nabokov, quien paso aquí parte de su vida junto a su esposa Vera.
Ambos ocuparon la suite número 65 de la sexta planta. El autor de Lolita escribió en el hotel Ada o el Ardor y alguna otra obra, hasta que en 1977 murió en un hospital de Lausana y sus cenizas se inhumaron en el cementerio de Clarens, muy cerca del hotel.
Vera continuó residiendo en el Fairmont hasta 1991. Todavía muchos empleados recuerdan ver a la pareja sentada en alguno de los bancos del jardín, mirando en silencio el lago, o paseando por la orilla cogidos de la mano.
También el actor Peter Ustinov vivió en el último piso del hotel mientras rodaba, muy cerca de Montreux, la película Lolita, dirigida en 1962 por Stanley Kubrick. Ustinov informaba todos los días a Nabokov de lo bien que iba un filme cuyo guión fue escrito por el autor ruso.
Probablemente no haya mejor alojamiento en todo Montreux que Fairmont Le Montreux Palace, un hotel con historia que ha sabido llegar al siglo XXI con la clase y el savoir faire con que inició su andadura allá hace poco más de cien años. ■