El famoso crucero RMS Titanic, su historia y su refulgente grandeza estarán muy pronto al alcance del público: este 2019, se podrá bucear directamente al lugar exacto donde naufragó el que fuera conocido como «el buque insumergible».
Como saben, el Titanic naufragó en 1912, a los cuatro días de zarpar en su travesía inaugural, tras estrellarse contra un iceberg de aproximadamente 100 pies de altura. Más de 1.500 pasajeros y tripulantes murieron en la catástrofe, y sus restos reposan desde entonces en el fondo del mar hace ya más de 100 años.
El lugar del hundimiento fue descubierto originalmente en 1985 por el explorador Robert Ballard. Desde entonces, tan sólo unas 200 personas han tenido el privilegio de visitarlo, pero este 2019 eso va a cambiar.
Las compañías OceanGate Expeditions y Bluefish van a volver a lanzar sus expediciones al naufragio del Titanic con el fin de explorar el sitio a fondo y recolectar información sobre su estado de descomposición y sobre la biodiversidad única que rodea este barco.
El Titanic, que inicialmente medía 882 pies (269 metros) de largo, reposa ahora, partido en dos, en el fondo del mar, con la proa a 1.900 pies (600 metros) de distancia de la popa. La proa se encuentra relativamente en buenas condiciones, pero la popa se desintegró casi por completo con el impacto. La entrecubierta está desperdigada por el suelo del océano.
El naufragio del legendario barco se ubica, desde hace 106 años, a 12.500 pies de profundidad (3.8 km) y está a más o menos 370 millas (600 km) de la costa de Newfoundland, Canada.
Pues bien, a partir del 2019, OceanGate Expeditions va a ofrecer una expedición de 11 días que sale de Newfoundland y cuesta US$ 105.129 por persona, el equivalente, hoy en día, al valor en 1912 de un pasaje de primera clase en el crucero inaugural del Titanic.
Cada participante en la expedición podrá bucear una sola vez al área del naufragio del RMS Titanic. Al mismo tiempo, todas estas inmersiones permitirán a los especialistas tomar imágenes, videos, escaneos laser y datos sonar para lograr tener una mejor idea del estado real de la nave y poder determinar la mejor manera de preservarla, además de documentar su entorno ecológico y la vida marina. También se escanearán las calderas, las propelas o hélices y otros puntos de referencia.
Una vez en el sumergible de 5 personas, llamado Titán, los buceadores harán un descenso de 90 minutos hasta el naufragio, disfrutando en el trayecto del hermoso espectáculo de las criaturas bioluminiscentes. La exploración de los restos del Titanic en el fondo del mar dura alrededor de tres horas y es principalmente en la zona de la proa, donde se ubicaba la gran escalera que subía a los camarotes de primera clase.
Por otro lado, los participantes tendrán además la oportunidad de asistir durante la expedición a conferencias y coloquios con exploradores y científicos, así como colaborar, desde el barco de acompañamiento, con las operaciones .
The Bluefish, una compañía exclusiva de viajes de lujo, también ofrecerá una aventura de buceo en el Titanic a partir del 2019, pero los detalles aún no los han divulgado públicamente En el 2005, llegaron a cobrar hasta US $59.680 por persona, con la opción de asistir sin bucear. Sus anteriores inmersiones, de 11 o 12 horas cada una, fueron en los sumergibles MIR I o II.
Si alguna vez has pensado en hacer una excursión de buceo para ver el naufragio del Titanic, ésta es tu oportunidad pero, eso sí, no te demores. Desafortunadamente, los microbios se están comiendo, literalmente, los restos del barco, están creando una comunidad biológica endémica conocida en inglés como «rusticles», y están haciendo colapsar algunas de sus partes más emblemáticas. Algunos predicen que en 20 años los vestigios del Titanic habrán desaparecido por completo porque, aparte de los «rusticles», los moluscos han consumido ya la mayoría de las maderas, y el hierro esta corroído por el agua salada.
Por cierto, algo muy importante: todas las exploraciones y expediciones de buceo se llevan a cabo con el máximo respeto por aquellos que perdieron allí su vida, y siguiendo al pie de la letra los lineamientos de la UNESCO para la preservación del patrimonio cultural subacuático. ■
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