La ciudad de Zúrich, en Suiza, es una urbe tan sofisticada como diversa y cosmopolita. Situada a orillas del tranquilo lago de Zúrich, está rodeada de colinas y una espesa arboleda. Esta metrópoli es archiconocida por ser uno de los centros económicos y financieros del país, y uno de los más importantes del mundo, pues acoge a un gran número de entidades financieras de la banca internacional. Vea aquí nuestra selección de destinos de lujo de todo el mundo.
Culturalmente muy activa, Zúrich alberga 50 museos, 14 de ellos dedicados al arte, y dispone de un gran número de galerías artísticas, librerías y edificios históricos, así como interesantes tiendas, antiguos cafés y restaurantes de primera línea. Asimismo, la ciudad es sede de dos baluartes del conocimiento: la Universidad de Zúrich y el prestigioso Instituto Federal de Tecnología, cantera de 21 ganadores del prestigioso Premio Nobel en sus más de 150 años de existencia.
Al pasear por las tranquilas calles de Zúrich se advierte la amabilidad de sus habitantes, personas respetuosas, discretas y educadas. Sus coquetos rincones, calles y edificios dan testimonio de su rica historia y su agradable estilo de vida. Benoit Violier y Le Floris: dos restaurantes para enamorarse de la cocina suiza.
Entre los lugares y monumentos que deben visitarse en Zúrich destaca la iglesia de la abadía de Fraumünster, construida en el año 853 por orden del rey Luis el Germánico y famosa por sus extraordinarias vidrieras, obras de los artistas Marc Chagall y Augusto Giacometti. También son sitios imperdibles la iglesia románica de Grossmünster, fundamental para entender la historia de la Reforma Protestante, y el cementerio de Fluntern, situado en una colina y lugar donde están enterrados ilustres personajes como los escritores James Joyce y Elias Canetti, así como varios ganadores del premio Nobel.
Como ejemplo del valor de Zúrich como ciudad cultural está su notable importancia durante las primeras décadas del siglo XX, cuando acogió a pintores, escritores y compositores de fama mundial. El movimiento artístico dadaísta, que abogaba por romper con todos los esquemas artísticos conocidos hasta el momento, nació en el Cabaret Voltaire de Zúrich, en 1916, de la mano de Hugo Ball.
En la actualidad, la vida nocturna de Zúrich es fecunda y activa, con espectáculos para todos los gustos: ópera, ballet, teatro, musicales y exhibiciones de arte. El barrio de Niederdorf, en el casco antiguo de la ciudad, con sus laberínticas callejuelas de piedra que rodean pequeñas edificaciones que datan del siglo XIV, es famoso por sus restaurantes, bares y discotecas, donde cenar, tomar una copa o salir de fiesta.
La ciudad de Zúrich también alberga numerosos museos. Entre los más notables sobresalen: el Museo Nacional de Suiza, el Museo de Bellas Artes, el Museo Rietberg, la Fundación y Museo Haus Konstruktiv, el Museo de Arte Contemporáneo, el Museo für Gestaltung, el Museo Heidi Weber, el Museo de Zúrich y el Museo de la Historia Médica.
Para ir de compras, nada mejor que acercarse hasta Bahnhofstrasse, considera una de las calles comerciales más atractivas y exclusivas del mundo, con sus elegantes boutiques de marcas tan prestigiosas como Dior, Cartier, Chanel, Louis Vuitton, Prada o Mont Blanc, entre otras.
El mejor hotel de la ciudad es, sin duda, el histórico y suntuoso Baur Au Lac, con su famoso restaurante Pavillon, premiado con una estrella Michelin. ■