Una visita a México debe contemplar una parada obligatoria en San Miguel de Allende. Seleccionada como la mejor ciudad del mundo en el 2013 por la revista especializada Condé Nast Traveler, esta pequeña e íntima ciudad mexicana se encuentra ubicada en el estado de Guanajuato, a 265 kilómetros al noreste de la capital, Ciudad de México. Declarada Patrimonio cultural de la Humanidad por la Unesco —por su rol en la lucha por la independencia mexicana y su aporte cultural y arquitectónico—, San Miguel de Allende es una fotografía llena de paisajes hermosos, edificaciones coloniales intactas y calles repletas de historia. Con razón, muchos la consideran como la ciudad más hermosa del país.
En un escenario montañoso de clima templado, famoso por sus fuentes de aguas termales, San Miguel de Allende es el destino perfecto para la relajación. Los hoteles boutiques y los spas que invitan al descanso, su rica gastronomía mexicana basada en los más exquisitos productos orgánicos y sus numerosos eventos culturales y artísticos hacen que sus visitantes siempre regresen. De hecho, cada día más turistas internacionales eligen San Miguel de Allende como su sitio de retiro permanente.
Adentrarse en su mundo barroco, visitando sitios como la Parroquia de San Miguel Arcángel, un ícono de la ciudad, transporta a los visitantes a los siglos XVII y XVIII por su estilo neogótico y lo impactante de su arquitectura. Muchas parejas eligen este templo parroquial para celebrar sus bodas y aprovechan los numerosos hoteles, ranchos, jardines y haciendas de los alrededores para realizar sus fiestas y recepciones.
Miles de personas, entre fieles católicos, lugareños y visitantes, participan en las festividades de Semana Santa, uno de los eventos tradicionales de más arraigo en San Miguel de Allende. Especialmente notable es el día de la procesión más solemne, “El santo entierro”, cuando entre cantos de pasión y la música interpretada por la Orquesta del Valle de Santiago, los ciudadanos se engalanan para acompañar hasta el sepulcro el cuerpo de Jesús que yace en una urna de cristal cargada por 36 hombres.
Y si es la historia lo que nos deleita, hay un amplio abanico de posibilidades en San Miguel de Allende. Allí está el antiguo Palacio Municipal, construido en 1736, donde se instaló el primer ayuntamiento del México independiente; o la Casa de Allende, de arquitectura neoclásica diseñada a mediados del siglo XVIII, que vio nacer al ilustre Ignacio Allende y que ha sido convertida en museo histórico.
En San Miguel de Allende, la historia y la cultura se combinan con el cosmopolitismo de sus restaurantes internacionales, sus hoteles de lujo en majestuosas casas coloniales, sus bares en terrazas y jardines y sus boutiques exclusivas y tiendas artesanales. Sin duda, esta ciudad mágica es un magnífico refugio para artistas, músicos, celebridades y amantes del arte, de la bohemia y de la vida. “La mejor ciudad del mundo”, no se cansan de repetir los que la conocen. ■