Todo hotel de alta gama con pretensiones de clásico necesita renovarse cada cierto tiempo. Es lo que acaba de hacer uno de los bastiones españoles del lujo: el hotel Puente Romano Beach Resort, ubicado en la ciudad malagueña de Marbella, al sur del país. Miembro del sello de calidad hotelera The Leading Hotels of the World y calificado como un cinco estrellas Gran Lujo, el establecimiento comenzó en el 2013 unas reformas profundas destinadas a mejorar su oferta gastronómica, sus suites y sus salones.
Este enclave a pie de playa de la Costa del Sol es una ciudad en miniatura, de estética típicamente andaluza, con sus casitas blancas (algunas con las tradicionales macetas en ventanas y balcones), techos de tejas rojas y un puente romano al que debe su nombre. Un espacio generoso que nos hace perder las ganas de abandonar su entorno, porque el complejo hotelero ofrece todo —o casi todo— lo que uno necesita o se le antoja. Vea aquí nuestra selección de hoteles y destinos de todo el mundo.
La mayor apuesta de la nueva etapa de Puente Romano Beach Resort es la gastronómica. Ahora ofrece a sus clientes una cocina mediterránea en su restaurante Del Mar —que estrena terraza exterior sobre la arena— y en el club de playa Sea Grill. También destacan sus propuestas asiáticas y árabes en el restaurante Suite, las delicias japonesas en Namazake y los platos italianos en Serafina, antes llamado Café Puente. A todo ello hay que sumar un “restaurante dietético” — Rachel’s— como complemento para la oferta de salud y bienestar del hotel.
Sin embargo, lo más esperado por lugareños y turistas fue la apertura, en el 2014, del restaurante del chef Dani García, bautizado con su nombre. El chef malagueño abandonó el también cinco estrellas Gran Meliá Don Pepe de Marbella para trasladar su buen hacer a La Plaza Villaje, el complejo gastronómico de Puente Romano Beach Resort que con tanto acierto dirige. García, merecedor de dos estrellas Michelin, también da rienda suelta a su imaginación y creatividad en Bibo Andalusian Brasserie & Tapas, un nuevo concepto relajado e informal.
Los proyectos de remodelación, además, han incluido las suites más lujosas del resort: la Imperial y la Real, de 190 y 140 metros cuadrados, respectivamente, ahora cada una con un jacuzzi en su terraza. Además, se ha incorporado la Villa Suite —de 250 metros cuadrados, cuatro dormitorios, cinco baños y cuatro terrazas—, decorada por el interiorista británico Andrew Martin.
Las mejoras no terminarán aquí. El hotel tiene previsto construir un espectacular spa con vistas al mar y un club para niños, así como ampliar su área de recepción, donde se podrá disfrutar de un Lobby Bar. ■