La antigua capital de Etiopía cuenta no con uno, sino con seis castillos similares a los de la Europa medieval, y está considerada la cuna de la religión de ese país. La ciudad Gondar, centro de la civilización etíopie desde 1636 hasta mediados del siglo XIX y principal capital religiosa, cultural y diplomática del país, se encuentra al pie de las icónicas montañas Simen en el norte de Etiopía, flanqueada por la naturaleza, el Mar Rojo y en la frontera de Sudán.
Hoy en día la ciudad, que alberga a más de 360.000 habitantes, sigue siendo una de las principales atracciones turísticas de África. Sus extraordinarias edificaciones le han ganado el nombre de la Camelot de África, especialmente por su obra maestra arquitectónica: un recinto real con muros de piedra y castillos de cuentos de hadas.
El recinto real, conocido localmente como Fasil Ghebi, fue construido originalmente por el Emperador Fasilides en la década de 1630. Comprende una iglesia, un estanque, un monasterio y varios palacios que, hasta el día de hoy, siguen en pie.
La ciudad, que alberga a más de 360.000 habitantes, sigue siendo una de las principales atracciones turísticas de África.
Detrás de los imponentes muros de piedra, yace el recinto de 7 hectáreas que alberga los seis imponentes castillos, siendo el principal el palacio de tres pisos del emperador Fasilides, una interesante mezcla de arquitectura india, portuguesa y aksumita.
Junto al recinto real se encuentra la Debre Birhan Selassie, también conocida como la Trinity y Montaña de la Luz, la iglesia más importante de Etiopía, considerada la cuna de la religión etiope. Es famosa mundialmente por su hermoso interior, y miles de turistas acuden a visitarla durante todo el año. Sus paredes están cubiertas de piezas de arte eclesiástico que incluyen escenas bíblicas e imágenes de santos, mientras que las vigas del techo están adornadas con rostros de ángeles.
Junto a la iglesia, donde solía estar el baño del Emperador Fasilides, se alza ahora el lugar de los bautizos cristianos. Cada enero, durante el Timkat, —que es la Fiesta de la Epifanía que conmemora el bautismo de Jesús— cientos de peregrinos saltan felices a esta piscina llena de agua bendita para conmemorar una ceremonia religiosa con siglos de historia.
Pero detrás del encanto arquitectónico, está la historia de una ciudad que resistió catástrofes naturales y muchas guerras. Un fuerte terremoto a principios de 1700 casi la destruye y todavía pueden verse grietas de aquel episodio. Durante la Segunda Guerra Mundial, la larga batalla librada entre Inglaterra e Italia para ganar el control de Gondar provocó innumerables bombardeos que arrasaron edificios. E incluso antes de eso, varios altercados con el grupo islámico de Sudán “Derviches Mahdistas” destruyeron descenas de iglesias. Según cuenta la leyenda, Trinity y Montaña de la Luz quedó intacta durante todos estos años, debido a la protección de un enjambre de abejas que evitó un ataque mahdista.
Aún así, la ciudad ha logrado levantarse gracias a su riqueza cultural y a sus gentes, tan devotas de su tradición y muy involucrados en los numerosos festivales religiosos que participan activamente de las numerosas fiestas religiosas que son un gran incentivo para el turismo. En los últimos años, el gobierno de Gondar ha invertido copiosamente en hoteles tradicionales y diferente tipo de hospedajes para satisfacer la creciente demanda de viajeros internacionales, ávidos de conocer esta ciudad única en todo África. ■