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Bien practiques yoga o no, te verás sumergido en la belleza meditativa de estas playas en las dos principales islas de Nueva Zelanda: la Isla Norte, con sus asombrosos acantilados y colinas onduladas, y la Isla Sur, poblada de pingüinos y de costa accidentada. Las playas de este país son todas maravillosas. Sin embargo, si quieres sentir que tu espíritu alcanza un plano zen más elevado, entonces la siguiente lista es para ti.
Para mayor tranquilidad, no vayas en temporada alta. El turismo aumenta a mediados de noviembre, alcanza su punto máximo en enero y baja a fines de marzo. El turismo de invierno se intensifica en julio y agosto, principalmente en la Isla Sur. Aquellos en el Hemisferio Norte, recuerden dos cosas: que las estaciones son lo opuesto en Nueva Zelanda, y que hace más calor en la Isla Norte que en la Isla Sur, que está cerca de la Antártida.
Estos son los lugares perfectos para respirar profundo y despejar la mente.
El Coromandel
Es una experiencia etérea estar en Cathedral Cove, en la península de Coromandel, en la Isla Norte de Nueva Zelanda. Una visita guiada en barco puede ayudarte a explorar la costa de Hahei, donde te verás rodeado de peces y aves marinas. La antigua costa volcánica también tiene agujeros ígneos y playas de arena blanca deslumbrante.
Parque Regional Wenderholm
Esta no es un lugar para ver y ser visto, y por eso es tan encantador. Los visitantes de esta playa en la costa este de la Isla Norte, cerca de Auckland, disfrutan la orilla larga, arenosa y pacífica flanqueada por majestuosos acantilados de color verde esmeralda. Los árboles pohutukawa ofrecen un respiro del sol, si lo necesitas.
También puedes hacer paseos por el bosque local que suben al promontorio del parque, entre los ríos Waiwera y Puhoi. Busca también los extraños petirrojos de esta isla navegando en kayak por los manglares hasta llegar a un muelle cerca de la histórica ciudad bohemia de Puhoi.
Dunedin, Costa de Otago
Si deseas soledad y pasar un tiempo en estado zen, entonces la agreste y apartada Isla Sur es para ti. Aquí puedes encontrarte a un pingüino sin tener que poner un pie en la Antártida. El pingüino de ojos amarillos —«hoiho» en lengua maorí— es probablemente el más raro del mundo. Vive cerca de Dunedin en la salvaje costa sureste de la Isla Sur. Puedes contemplar a estas curiosas criaturas desde una de las cuatro cabañas de observación en la costa de Otago, para no perturbar su calma.
Kaikoura, Cantebury
Conocido por su belleza natural, el asentamiento más septentrional de la región de Cantebury, en la Isla Sur, se encuentra a 2,5 horas en auto (o 67 millas) de Christchurch. Encuentra ballenas, delfines, colonias de lobos marinos y albatros explorando la costa. También puedes explorar el Monte Fyffe y la Reserva Puhi Puhi.
Aún más remota es la bella Black Pebble Beach al norte de Kaikoura, cerca de la pequeña ciudad de Kekerengu. A menudo pasa desapercibida, tiene diversos elementos contrastantes: guijarros oscuros en las aguas cristalinas del océano, en el maravilloso contexto de los Alpes del Sur.
Arenas negras en el mar de Tasmania
Verás arena negra de hierro volcánico en muchas playas a lo largo de la costa oeste de la Isla Norte. Esta arena es tan caliente que no se recomienda ir descalzo cuando el sol está alto, a menos que el dolor sea tu camino hacia la relajación. Piha es un lugar popular para surfistas, así que asegúrate de nadar solo en áreas patrulladas.
Cerca de allí está el Parque Regional Waitakere Ranges, que tiene bosques nativos subtropicales y senderos hacia algunas cascadas como Kitekite y Fairy Falls. Karekare, al sur, también tiene una playa de arena negra. La playa de Muriwai, azotada por el viento, también tiene dunas onduladas de arena negra y brisa marina, pero con colonias de alcatraces en los acantilados. Los miradores te ofrecen vistas panorámicas del Mar de Tasmania. Pasea por la costa y respira su aire limpio. ■
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