La estricta privacidad de yates y villas no la ofrecen los hoteles fuera de St. Barths, pero los que existen en la isla también tiran la casa por la ventana con menús especiales y cotillones. Al menos hay siete hoteles de cinco estrellas y con no más de 35 habitaciones cada uno. Está el Eden Rock, considerado como uno de los mejores del mundo, habitualmente lleno hasta enero. Le siguen el Cheval Blanc St-Barth Isle de France – propiedad del coloso francés del lujo LVMH, Le Guanahani, Le Toiny y Le Sereno. Aunque entre los restantes con menos renombre, los puede haber tanto o más acogedores, como el estupendo Emeraude Plage, a pie de playa. Es casi misión imposible reservar una habitación a estas alturas, a no ser que haya alguna anulación de última hora.
Los restaurantes de alta cocina se concentran en Gustavia, la capital. Bonito Saint Barth Restaurant es un must go, porque además cuenta con club y bar. También son conocidos Bagatelle, Dõ Brazil y Pipiri Palace. En muchos de estos restaurantes habrá música en vivo durante Nochevieja.
En el mes de diciembre, del 1 al 28, las tiendas de St. Barths se engalanan para el Best Christmas Window, una competición de escaparates en la que participan la mayoría de los comercios. Y del día 12 al 21 tiene lugar la Christmas Village en Gustavia, un festival en el que artesanos locales muestran sus trabajos y se montan numerosos estandas de comida.
Los que deseen disfrutar de los espectáculos al aire libre pueden acercarse al puerto durante estas fiestas y contemplar los fuegos artificiales la medianoche del 31 sobre la bahía de Gustavia y la Regata de Año Nuevo, abierta a barcos de todos los tamaños. En St. Barths la diversión está garantizada durante estos días en cualquier rincón de la isla. ■