Lo óptimo sería tener al menos 15 días para poder explorar toda la isla, aunque en una semana se puede ver lo más importante.
Le recomendamos dirigirse en primer lugar al llamado Círculo de Oro para ver el parque nacional de Thingvellir, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Allí se halla la famosa catarata de Öxarárfoss, y los amantes de la geología deben saber que en este punto se separan las placas tectónicas americana y euroasiática. No se vayan de este parque sin ver el geiser de Strokkur que expulsa agua hirviendo cada quince minutos a una altura de 25 metros.
Muy cerca se encuentra la cautivadora doble cascada de Gullfoss y la de Seljalandfoss con sus más de 60 metros de altura. Al sur, podrá encontrar las playas de arena negra de Dyrhólaey y la inquietante Vik, una playa famosa por sus columnas de basalto. Una parada obligatoria en este área es el lago glacial más grande de toda la isla, Jökulsárlón, donde podrá ver focas e icebergs flotando. Al norte se encuentra el parque natural de Jökulsargljúfur, donde se ubican las bellas cataratas de Selfoss y la de Dettifoss. En Husavik podrán embarcarse para observar de cerca a las ballenas.
Islandia ofrece al visitante inquieto, amante de la naturaleza, una suerte de felicidad ligada a la belleza extrema de un paisaje impar que muestra la perfección de nuestro querido y a la vez maltratado planeta Tierra.
Para el amante de la aventura que también quiere relajarse: Nueva Zelanda
En un rincón de la tierra, casi escondido en los mapas, se encuentra Nueva Zelanda. Un país que por su ubicación parece estar hecho para desconectarse del mundo. Una suposición que se confirma con lugares como el Lago Wakatipu y toda la cordillera que nace a su alrededor. No se trata de un típico paisaje de montaña como el que se puede encontrar en los Alpes suizos o las Montañas Rocosas estadounidenses. Cuando el turista lo ve por primera vez, siente que se encuentra en un lugar especial y comprende el porqué es conocido como “El Paraíso” y la razón por la que se ha utilizado como escenario de numerosas películas.
El Lago Wakatipu se encuentra en la zona suroeste de la Isla Sur de Nueva Zelanda. Está situado a una altitud de 310 metros (1.017 pies) sobre el nivel del mar, rodeado por el macizo montañoso conocido como los Alpes Meridionales.
En este idílico lugar, casi acariciando las aguas del Wakatipu, se levanta el Blanket Bay Lodge, un hotel rural de lujo considerado por importantes guías de viaje como el mejor alojamiento para disfrutar de este rincón del país, y uno de los mejores centros turísticos de campo del mundo.
Un viaje a Nueva Zelanda tiene que tener dos objetivos: disfrutar de la naturaleza y aislar cuerpo y mente de la rutina y los problemas que se presentan en el día a día a lo largo del año.
¿Tranquilidad o acción? ¿Y, por qué no, una mezcla de las dos?
Si lo que prefiere es un día tranquilo, una de las mejores opciones es la pesca con mosca. Se practica en los grandes ríos de corrientes rápidas, en pequeños arroyos con sus suaves movimientos de agua, o en los tranquilos lagos de la zona, todo ello siempre rodeado de riscos y maleza verde. La trucha y el salmón son las especies autóctonas de la zona. Otras opciones interesantes para disfrutar de una forma pausada son los paseos a caballo o a pie. Las rutas para elegir son prácticamente ilimitadas. Incluso existe la posibilidad de optar por excursiones de varios días de duración para conocer zonas tan espectaculares como el Monte Aspirin o el Parque Nacional de Fiordland. El deporte relajado no tiene por qué suponer renunciar a la aventura. Perderse entre selvas de valles, bosques de hayas y grandes extensiones de pastos verdes supondrá descubrir por sorpresa cascadas, lagos glaciares y animales en libertad.
Si por el contrario, su cuerpo le pide acción, está en el lugar adecuado. Las posibilidades son amplias. De hecho, visitar este pequeño rincón del mundo es casi una obligación para los amantes del riesgo y los deportes extremos. Montañismo, escalada, bicicleta de montaña extrema, rafting, esquí acuático, parapente, kayak…Son muchas las opciones a elegir, pero una de las más impresionantes es la conocida como Heliskiing , o esquí desde helicóptero. Un helicóptero traslada a los esquiadores o snowboarders hasta lo alto de una montaña. Una vez allí, se lanzan ladera abajo de forma libre e improvisada sobre la nieve virgen.
Para ir y venir en el tiempo: Lisboa
Lisboa, la capital de Portugal, es una ciudad inesperadamente increíble junto al mar, con construcciones recientes y casas, mansiones y palacios antiguos, algunos ya en desuso, que muestran sus trabajadas decoraciones, tejas y materiales cerámicos típicos de un país que ama el arte.
Posada sobre siete colinas, la capital portuguesa está bañada por el omnipresente río Tajo, que recorre la península Ibérica hasta desembocar en el océano Atlántico. A su entrada, un gran puente colgante -construido en la década de los 60 por ingenieros estadounidenses- recibe al viajero, revelándole una vista que quita el aliento.
La ciudad palpita en las almas de sus diferentes barrios, mereciendo una mención especial La Baixa, donde se encuentran las plazas y las calles más señeras. Comienza en la Plaza de los Restauradores, cruza la animada calle de La Libertad y termina en la Plaza del Marqués de Pombal, donde nace la Lisboa moderna. Los barrios medievales de Alfama y Mouraria, autenticidad pura, son de los más populares y reconocidos de la ciudad.
La Praça Luís de Camoes, uno de los escenarios de la Revolución de los Claveles -en Portugal, hasta las revoluciones se han hecho con flores- marca el límite de los barrios Chiado y el Barrio Alto. El Chiado es el barrio elegante y bohemio de la ciudad. En él se encuentran las tiendas de moda y los restaurantes más afamados. Por su parte, el Barrio Alto representa la Lisboa con más sabor, con sus grafitis y ropa tendida en los balcones. Es un lugar idóneo para escuchar en directo los mejores fados (género musical portugués) de una ciudad impregnada de “saudade”, ese poético y melancólico sentimiento de nostalgia que a veces inspira la vida.
Belem, el barrio situado junto al río Tajo, es el lugar de donde partieron los descubridores portugueses al Nuevo Mundo. Allí se encuentran dos joyas imperdibles de la ciudad, el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belem.
Recomendamos visitar el Parque de las Naciones, un barrio nuevo y moderno. Allí conviven áreas comerciales con las residencias. No pueden dejar de ver las cúpulas de la Estación de Oriente, obra del arquitecto español Santiago Calatrava, y el Pabellón de Portugal, del arquitecto local Siza Vieira. Tampoco pueden dejar de visitar las Docas de Santo Amaro, antiguos almacenes portuarios que han sido transformados en bares y restaurantes de moda.
Para los amantes del mar: Croacia
Aunque cuenta con una vastísima cultura e historia, lo cierto es que este pequeño país que se asoma al Adriático es también el lugar perfecto para las vacaciones de los que buscan aventura. Cuenta con cientos de islas encantadoras, poco frecuentadas y con una impresionante belleza natural. Croacia ofrece posibilidades para todo tipo de turistas, sin necesidad de elegir entre montañas y mar o entre ciudad y campo.
Además de sus 1,244 islas, tiene la costa más accidentada del Mediterráneo, con una gran variedad de playas que se ajustan al gusto de cada turista. Si usted busca disfrutar del sol alejado de la civilización, Bahía de Stiniva es su lugar. Situada en la isla de Vis, es la playa más solitaria de todo el país, casi inaccesible por tierra. El Cabo Kamenjak, en el sur de Istria, o las bahías de la isla de Cres son otros emplazamientos ideales para perderse.
Por otro lado, tiene también una gran superficie de áreas protegidas entre las que encontramos ocho parques nacionales. Destaca el Parque Nacional de Plitvice, en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO. Mundialmente famoso por sus 16 lagos interconectados por cascadas, una de sus principales características son las barreras de travertino, roca sedimentaria formada por depósitos de carbonato de calcio.
Los aventureros tienen sin lugar a dudas especial cabida en Croacia, ya que el país ofrece numerosas actividades. Los senderistas tienen una oportunidad única de disfrutar de aire limpio y naturaleza virgen recorriendo los hermosos paisajes, colinas y laderas de las cadenas montañosas de las regiones de Lika y Velebit.
Otra de las actividades estrella son las excursiones en kayak, aprovechando las tranquilas y claras aguas del mar Adriático, que son ideales para explorar calas, cuevas y rocas. La cascada de Strbacki Buk y el río Zrmanja son los mejores lugares a visitar por los amantes de la naturaleza y del rafting.
Para una escapada romántica de verano: Camps Bay
En Ciudad del Cabo, Sudáfrica, la belleza natural se entremezcla con el paisaje urbano. En esta urbe bastan unos pocos minutos para ascender a la cima del Table Mountain, desde donde se observa el escarpado litoral de esta ciudad así como su bullicioso y cosmopolita centro, que cada día recibe más visitantes.
Pero si hay un lugar en las cercanías de esta ciudad que valdría la pena conocer, es sin duda alguna Camps Bay, hoy por hoy uno de los más grandes destinos turísticos de África y cuya ubicación en el mar Atlántico, al pie de la cordillera de los Doce Apóstoles, lo convierten en un lugar único y privilegiado.
Codiciado por sus arenas blancas y por su entorno cosmopolita, este sitio se ha convertido en una zona de moda a nivel internacional, ya que celebridades de todo el mundo tienen mansiones y casas construidas tanto en las faldas de la montaña como en las cercanías de la playa.
Parejas de todos los confines del mundo eligen Camps Bay para celebrar su boda al atardecer en la playa o en alguno de sus otros bellos parajes.
El barrio más chic de Camps Bay está situado junto a Victoria Road. Allí encontrarán excelentes restaurantes donde podrán degustar algunos de los mejores pescados y mariscos capturados esa misma mañana, acompañados por los mejores vinos del país.
Uno de los restaurantes más visitados es el Blues, un clásico que denota un apasionado amor por la cocina mediterránea. Si usted busca un buen sitio donde descansar debería hospedarse en el Bay Hotel, una instalación cinco estrellas con 78 habitaciones y modernas suites de lujo que gozan de vistas inolvidables a la playa, perfectas para relajarse con un cóctel en la misma arena.
Con la majestuosa cordillera de los Doce Apóstoles como telón de fondo y la belleza sin igual de una playa que parece no tener fin, bañada por el océano Atlántico, Camps Bay es uno de los sitios más hermosos que puedan imaginarse para saborear una copa mientras se goza de una de las mejores puestas de sol del planeta. ■
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