A unos 30 kilómetros de la ciudad de Gerona en Cataluña, España, los amantes de la historia y del arte gozarán al máximo haciendo un viaje al pasado en Besalú, uno de los pueblos medievales más importantes y mejor conservados de Europa.
Alrededor del año 1000, fue uno de los condados con mayor importancia de la zona, y su antiguo mercado, al que acudían artesanos, agricultores y comerciantes, fue fundamental para el auge económico de la villa.
De esta riqueza se conservan un gran número de monumentos alrededor de su centro histórico, cuya magnificencia arquitectónica fue declarada «Conjunto Histórico Artístico Nacional».
La visita a la pequeña villa, que cuenta con poco más de dos mil habitantes, debe realizarse con tiempo y tranquilidad para poder disfrutar de sus empinadas cuestas de cada calle empedrada y de cada plaza.
Besalú es un lugar mágico que enamora y gusta por su pausada tranquilidad, su incuestionable belleza y su historia.
Hay que comenzar visitando el Puente Románico sobre el río Fluviá, considerado uno de los más hermosos del Viejo Continente. Construido en el siglo XI, está formado por siete arcadas y una torre de 30 metros de altura en la cual, durante el Medievo, se cobraba el “Pagus Condal”, un impuesto de paso. El puente es uno de los emblemas más celebrados de Besalú y el lugar desde el cual se accede al centro histórico.
Al cruzarlo, nos encontramos con dos monumentos imperdibles, considerados muestra ejemplar del románico civil catalán. Hablamos de la Casa Cornellá y la Cúria Real. El primero revela un preciado patio que ilumina todas las dependencias, destacando sus arcos de medio punto. El segundo, construido entre los siglos XIII y XIV, guarda en su parte superior una solemne sala gótica con artesonado de madera del siglo XIV. En su planta baja, se expone un museo sobre la villa de Besalú.
En cuanto a las iglesias, destacan los restos de la primitiva capilla de Santa Maria del Castillo y el Monasterio de Sant Pere, cuya fachada principal deja ver un ventanal con dos figuras de leones que representan la protección de la Iglesia frente al mal. Muy interesantes los restos de la antigua Sinagoga con su micvé, un baño judío descubierto en 1964, el primero encontrado en España y el tercero de Europa, cuya función era la de purificar el alma mediante la inmersión del cuerpo. En Besalú residieron unas 20 familias judías desde los inicios del Medioevo hasta 1436.
Si desean comer en Besalú, les sugiero el restaurante Pont Vell dentro de una edificación del siglo XVIII, junto al puente románico, donde los amantes de la gastronomía más auténtica disfrutarán con platos únicos como los canelones de pollo de corral asado con pasta de crep o la deliciosa terrina fría de pichón y foie de pato.
Besalú, incluido en la lista de: “Los Pueblos más Hermosos de España”, es un lugar mágico que enamora y gusta por su pausada tranquilidad, su incuestionable belleza y su historia. ■
FOTOS: © Oficina de Turismo de Besalú