Explorando la histórica Ruta de la Seda en un tour de larga distancia
Si lo tuyo es el ciclismo, es cierto que las rutas por Europa, Estados Unidos y Canadá ofrecen paisajes hermosos, escaladas intensas y comidas y bebidas maravillosas en destinos de lujo. Pero, ¿qué pasa si lo que quieres es un viaje un poco más arriesgado? ¿Qué tal si lo que en verdad deseas es conducir tu bici a través de un lugar al que la mayoría de las personas nunca ha ido? ¿Y qué tal te suena poder cruzar países enteros, recorrer culturas y atravesar zonas horarias, mientras tu cuerpo se tonifica y fortalece?
Claro, para lograrlo podrías convencer a un amigo y juntos se podrían embarcar en un viaje de tres a cinco meses, guiándose por su cuenta y procurando todas sus necesidades a lo largo del camino. O bien, puedes participar en una aventura ciclista de larga distancia con un servicio de apoyo que planea tus ruta diarias, te proporciona la mayoría de los alimentos e incluye camionetas que cargan con tu equipaje, además de un mecánico de bicicletas a tu disposición que te ayuda con cualquier problema durante tu recorrido.
TDA Global Cycling, con sede en Canadá, es la única compañía que ofrece tours de ciclismo de larga distancia en todo el mundo. Y cuando digo larga distancia, no es en vano. Los tours de TDA son de por lo menos de 12 mil kilómetros. Una de las grandes ventajas de sus viajes es que te puedes inscribir en tantas secciones de las rutas como quieras. Por ejemplo, en este momento, estoy a solo dos semanas de completar un período de tres meses en el tour de la histórica Ruta de la Seda. El tour completo comienza en Pekín y termina en Estambul, pero yo estoy cubriendo la porción del viaje que va de Mongolia a Ashgabat, Turkmenistán, que está en la frontera con Irán.
Después de casi tres meses de recorrido, puedo decir que he aprendido unas cuantas cosas sobre los viajes de larga distancia en bicicleta.
La primera es que no importa qué tan preparado te sientas. Aunque creas que estás completamente listo para conducir tu bicicleta distancias que oscilan entre los 45 y 140 kilómetros, día tras día y en cualquier tipo de terreno, en realidad no lo estás. Un viaje como éste será un desafío físico y mental. Además, nada te prepara para las condiciones de clima a las que tendrás que enfrentarte y que nadie puede preveer.
Nunca había experimentado, por ejemplo, las ráfagas de viento de Mongolia y Kazajstán. Las corrientes eran de una velocidad aproximada de 48 kilómetros y duraban días enteros. Luego, teníamos que batallar con la arena, tan suave y profunda que era casi imposible de cruzar. Si no era la arena, eran kilómetros interminables de terreno irregular que amenazaban con tumbarte de tu bicicleta. Ni qué decir de la grava y la roca, o tener que luchar contra subidas increíblemente empinadas con descensos aún más pronunciados, piedras enormes e inmensos hoyos en el camino que aparecían de la nada.
En definitiva, el ciclismo de ruta a través de las vastas llanuras de Mongolia, las estepas de Kazajstán, las montañas de Kirguistán y el calor de Uzbekistán y Turkmenistán, no es para los débiles de corazón. Es una experiencia que te empujará a hacer cosas que nunca te creíste capaz de hacer, y te desafía a llegar a tus límites aún más extremos .Pero, de alguna manera, llegas al final del viaje, y además llegas intacto.
Aunque sea una experiencia difícil, lo cierto es que hay muchas maneras de prepararse para un viaje épico como éste y, si tuviera que resumirlo en dos consejos simples, serían los siguientes:
Primero, asegúrate de tener una bicicleta resistente y capaz de atravesar todo tipo de terreno. En lo personal, prefiero las bicicletas de titanio, pero el acero también es una gran opción. Tampoco te olvides de la importancia de tus neumáticos. Casi todos mis compañeros de viaje usan neumáticos de la marca Marathon Schwalbe, que garantizan el menor número de percances. Asegúrate también de que la transmisión de tu bicicleta tenga marchas suficientemente bajas como para poder enfrentar subidas muy intensas. Y, definitivamente, asegúrate de que tu silla sea sea lo suficientemente cómoda como para montar más de seis horas al día. Las quejas más frecuentes en estos recorridos largosson las llagas que un mal asiento puede causarle al ciclista.
Como siempre, por supuesto, una de las mejores cosas que puedes hacer antes de embarcarte en un viaje como éste es consular con un especialista en tu tienda local de bicicletas. Ellos podrán resolver muchas de las dudas que tengas antes de que salgas de casa.
En segundo lugar, recuerda que no importa lo mucho que intentes planear un viaje así, nada te preparará para la experiencia que supone recorrer partes del mundo que la mayoría de las personas ni saben que existen (y mucho menos saben dónde ubicarlas en un mapa). Tampoco podrás entender lo que es cruzar un enorme paisaje vacío, con solo unas cuantas ovejas dispersas de compañía, hasta que lo hagas por tu cuenta.
Pero una de las mejores cosas de un viaje como éste (más allá de todo lo que tiene que ver con el ciclismo, por supuesto) es la increíble hospitalidad de las personas que te encuentras en el camino. Conocerás a nómadas mongoles que te ofrecerán refugio del sol dentro de sus yurtas; kazajos y kirguises que te servirán leche de yegua fermentada con vodka; tayikos que te invitarán a tomar té y galletas por la tarde, y uzbekos que te expresarán lo felices que están de darte la bienvenida a su país.
Todas estas interacciones te ayudarán a restaurar tu fe en la humanidad, cosa que, a fin de cuentas, es una de las razones fundamentales para embarcarse en un viaje como éste: lograr que el mundo sea un lugar más pequeño y más amable, aunque sea solo por un instante.
Si lo que buscas es vivir una aventura y una experiencia épica que aún no has saboreado, los recorridos en bicicleta de larga distancia de TDA son la oportunidad perfecta para tí. Te llevarás a casa un caudal de de vivencias inolvidables que compartiras con tu familia, amigos y conocidos el resto de tu vida. ■
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