No será difícil dejarse seducir por la ciudad de Colonia, la cuarta más grande de Alemania, ubicada en la región de Renania del Norte-Westfalia.
Esta urbe conjuga maravillosamente bien un pasado de más de 2.000 años con una vibrante modernidad propia del siglo XXI.
Con el nombre de Colonia Claudia Ara Agrippinensium, fue fundada por los romanos en el año 50 a.C., como recuerdo a la emperatriz Agripina, esposa del emperador Claudio y madre de Nerón.
Durante una buena parte de esa época de esplendor, la ciudad fue uno de los principales centros comerciales en las zonas dominadas por el Imperio Romano al norte de los Alpes.
Entre los siglos XII y XVII, en plena Edad Media, Colonia fue parte de la Liga Hanseática, la asociación de ciudades que ejercían control sobre el comercio en el norte de Europa.
En 1388 quedó fundada la universidad que lleva su nombre, una de las más antiguas de Europa. Siglos más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, más del 90% de la ciudad fue devastada, por lo que en 1947 comenzó una ardua reconstrucción.
Colonia atrae cada año a más de dos millones de visitantes, personas que lleganprincipalmente por negocios, pues aquí se realizan anualmente alrededor de 75 ferias comerciales, pero también por sus atracciones turísticas, que van desde restos de la Antigüedad visibles en el magnífico museo Romano-Germánico, o sus 12 iglesias románicas, hasta el ayuntamiento y diversas plazas, entre otros lugares de gran interés para el viajero observador.
Si hay un monumento digno de ser priorizado en esta ciudad es su majestuosa y célebre Catedral, con sus dos torres de 157 metros de altura, visibles desde cualquier parte de la urbe.
Esta edificación comenzó a ser construida en 1248, pero se terminó unos siglos más tarde. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996, se trata de un claro ejemplo del estilo gótico de la época y un símbolo universal de esta ciudad.
Los amantes de los museos aquí están de suerte, pues el Ludwig y el Wallraf Richartz son excepcionales centros de cultura.
El primero está dedicado al arte moderno y contemporáneo, y posee una de las colecciones más importantes del mundo de arte europeo y americano de la posguerra, con una de las principales muestras permanentes de obras de Pablo Picasso en Europa, así como otras piezas de Andy Warhol, Roy Lichtenstein, George Segals, Max Beckmann y Jasper Johns.
Por su parte, el museo Wallraf Richartz, ubicado en un edificio moderno en pleno centro de la ciudad, ostenta también una de las más importantes colecciones de arte medieval existentes a nivel mundial, junto con una importante exposición permanente de piezas del barroco y obras maestras del impresionismo y el neoimpresionismo, pues abarca un período que va desde el siglo XIII hasta principios del siglo XX. En su interior se pueden disfrutar obras de Rubens, Rembrandt, Tiepolo y Monet.
Quienes disfrutan de los paseos al aire libre adorarán el coqueto Jardín Botánico de Colonia, una ciudad de por sí ya muy verde, pues posee varios espacios naturales importantes, incluyendo el Parque del Rin, de unas 40 hectáreas, donde los habitantes de la ciudad practican deporte. Este sitio, adornado con preciosas estatuas, está considerado como uno de los parques más hermosos de Alemania.
Otros lugares interesantes son el Museo del Chocolate y el Puente de Hohenzollern, sobre el río Rin, uno de los puentes ferroviarios con mayor tráfico del Viejo Continente.
Pero, sin lugar a dudas, lo mejor sería que el visitante se abandone a la ciudad y que pasee sin más, que se apasione con su gente y su cultura.
Y como sucede en este tipo de urbes, no debemos olvidar emprender una ruta por sus célebres tabernas, para probar la típica cerveza Kölsch, o hacer una parada para comer en el restaurante maiBeck, destacado con una merecida estrella Michelin. ■