El turrón es uno de los dulces típicos de la repostería tradicional navideña española. Es una masa dulce obtenida por cocción de miel, azúcares, clara de huevo y almendra pelada y tostada. La pasta que se obtiene es posteriormente amasada y se le da forma final de tableta rectangular o torta.
Aunque el origen del turrón es musulmán, su existencia no es constatada hasta el siglo XV, cuando aparece citado como uno de los postres más típicos de las fiestas navideñas en el Espill (El espejo), obra literaria del médico y escritor valenciano Jaume Roig.
Este dulce ya era internacionalmente conocido durante el reinado de Felipe II, pues el Cocinero Mayor del monarca español, Francisco Martínez Montiño, comenta en su libro Conduchos de Navidad (1585) que, a raíz de su estancia en Alicante, cuando acompañaba a una embajada del Japón, ofreció turrones a los dignatarios nipones. “Pero fue grande mi sorpresa al ver que los señores príncipes no sólo ya conocían el turrón, sino que dijeron que lo comían todos los años en su país, adonde iban a venderlos los jijonencos”.
El turrón alcanzó una gran aceptación a partir del siglo XVIII, tanto en el interior de la península ibérica -gracias a los turroneros que recorrían toda España con sus mercancías a cuestas- como en el exterior, a través de los barcos extranjeros que recalaban en el puerto de Alicante. Bien entrado el siglo XX, Jijona se convierte en el principal centro turronero de España, lugar que sigue ocupando con orgullo en la actualidad.
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jijona se creó en 1939. En la actualidad, más de una veintena de empresas están inscritas en este organismo que regula la calidad de los turrones que se fabrican en su área de producción. A pesar de que hoy en día la industria ha desarrollado modernos sistemas de mecanización que agilizan el proceso de producción, el turrón no ha dejado de tener ese componente artesanal en el que el factor humano es importantísimo.
Sólo pueden denominarse turrones de Alicante y de Jijona a los turrones —duros y blandos— elaborados según los requisitos del Reglamento Regulador y por empresas inscritas en el término municipal de Jijona. Se trata de productos cuyos ingredientes están cuidadosamente seleccionados: las almendras deben ser valencianas, de gran calidad y de lugares limítrofes; la miel tiene que ser del mismo lugar que la almendra, así como el huevo, que deberá ser fresco para la obtención de yema semilíquida, y la clara de huevo desecada; el azúcar, por su parte, debe ser lo más blanca posible. Asimismo, todos los turrones protegidos deberán llevar, adherida a su envase, la etiqueta numerada de garantía y control del Consejo Regulador. Vea aquí nuestra sección de gastronomía y productos gourmet.
La fabricación de estos turrones depende esencialmente de la habilidad del maestro turronero, que es quien controla las temperaturas y los tiempos de batido y cocción para lograr el punto adecuado. Para ello, solamente dispone de su experiencia, conseguida a lo largo de los años y transmitida de generación en generación.
Aunque el consumo del turrón de Jijona y Alicante es primordialmente español, en los últimos años han aumentado las exportaciones de este producto a Latinoamérica, Estados Unidos, Francia y Alemania, pues su calidad y sabor no dejan indiferente a nadie. ■