En los primeros días del mes de diciembre del 2015, se lanzó a las aguas la nueva versión del superyate Dilbar, construido por el prestigioso astillero alemán Lürssen Yachts. Bajo el nombre de Proyecto Omar, esta embarcación, que tiene una espectacular eslora de 156 metros (512 pies), fue un encargo del magnate ruso de origen uzbeco Alisher Usmanov.
Si bien no han trascendido muchos detalles de la embarcación, se estima que por sus imponentes 7 niveles el Omar, “nuevo Dilbar”, puede ser una de las embarcaciones privadas más grandes del planeta en volúmenes de habitabilidad.
El Dilbar original, reseñado ya con anterioridad por azureazure.com, contaba con 4 niveles (teniendo en cuenta el nivel de la tripulación y los garajes) más una imponente terraza con helipuerto y 110 metros de eslora (360 pies), que si bien son dimensiones muy generosas, quedan opacadas ante la magnitud del “nuevo Dilbar”, con sus 512 pies de eslora y el gigantesco casco que superará los 6 metros de calado (21 pies aproximadamente).
Para la construcción de esta nueva joya de la familia, que llevará el nombre de la madre de Alisher, el magnate confió una vez más en el poderoso astillero alemán Lürssen, quien ha construido en los últimos años las embarcaciones más grandes del mercado, lanzando a las aguas gigantescos yates como, por ejemplo, el Azzam, una soberbia embarcación de 590 pies de eslora (179,83 metros). Estos barcos, junto con el reciente lanzamiento del Sailing Yacht A por el astillero Nobiskrug (yate propiedad de otro magnate ruso, Andrey Igorevich Melnichenko), confirman a Alemania como una de las grandes potencias mundiales de la industria naval en la actualidad.
El diseño interior de esta nueva embarcación estuvo a cargo del prestigioso diseñador inglés Andrew Winch, mientras que su exterior estuvo diseñada por a cargo del ingeniero escocés, residente en Mónaco, Espen Oeino. A simple vista, su diseño es muy similar al del modelo anterior, con sus líneas minimalistas de transatlántico tradicional, mostrando un imponente proa angular que se eleva 4 niveles, numerosas claraboyas y ventanales panorámicos, más las cubiertas transitables que rodean los 4 niveles superiores y los diversos balcones plegables que cortan los enormes laterales metálicos de impecable color blanco.
A pesar de los comentarios que ha generado este proyecto entre los especialistas, no se conocen aún con exactitud los detalles de sus interiores, de la ingeniería mecánica y de la decoración, manteniéndose el más estricto secretismo al respecto por decisión de su propietario.
Al igual que sucedió con el Dilbar original, sus dueños pretenden pasar inadvertidos con su diseño exterior, ya que podría confundirse tranquilamente con un crucero de línea internacional para aquellos que no conozcan de embarcaciones. Pero para los más observadores o entendidos, ver a este gigante navegar será motivo de curiosidad y admiración, algo que por ahora sólo es posible para aquellos que se acerquen a las costas del río Wesser, en las orillas de Bremen, Alemania, donde se localiza el astillero Lürssen. ■