Los franceses, que son capaces de convertir un tornillo en un símbolo de distinción, han volcado su artesanía y su buen hacer en un objeto ya de por sí elegante: el putter. Es el palo más decisivo de todos los que integran una bolsa de golf, pues hace rodar la bola hasta el hoyo. En concreto, ha sido un galo, Grégory Moreau, el que fundó en 2011 una compañía que diseña y fabrica los putters más extravagantes y caros del green. ValGrine, que así se llama, se dio a conocer entre el público más exigente cuando colaboró con la firma de encendedores y plumas S.T.Dupont en la creación del exclusivo putter Dandy Lame.
La fabricación de cada palo involucra a más de 20 artesanos. Con sede en Saint-Etienne, la capital del departamento del Loira en Francia, la compañía elabora modelos de los que sólo se realizan entre 9 y 18 copias. Son ediciones numeradas que cuestan a partir de 10.600 euros (13.700 dólares) más impuestos, y que señalan a quien las maneja como el amo del campo.
Si el cliente elige color, grabados y otros acabados personalizados, tendrá que pagar más de 15.300 euros (19.800 dólares). Pero aún hay una categoría superior: la alta costura de los putters. Es la colección Haute Création, a partir de 24.600 euros (31.800 dólares). La fabricación de cada uno de estos palos puede demorarse entre 4 y 8 meses aproximadamente. En esta categoría se integra el nuevo modelo Cupidon de ValGrine, que luce una línea doble de 56 diamantes (emulando una flecha de Cupido), anillo y tornillos confeccionados con una aleación de cobre y oro, cubierta de carbono con siete capas de laca y empuñadura de cuero cosido con hilo de lino. Es un arma para amantes de la precisión que cuesta 44.278 euros (57.300 dólares).
Si el cliente quiere que le grabe un dibujo especial, también lo harán empleando el arte de la orfebrería, la joyería, las pieles más exóticas, los materiales más nobles y la alta tecnología que se aplica en la aeronáutica y en la Fórmula 1. Según la empresa, los jugadores del circuito profesional han probado (y aprobado) su sistema patentado.
ValGrine, que próximamente venderá sus productos por Internet, recibe a sus clientes con cita previa en una joyería asociada, Tournaire, que se ubica en el número 7 de la Plaza Vendôme de París, la meca mundial de la alta joyería. Dónde si no. ■