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En el cambiante mundo de la moda, las tendencias -así como las confecciones- se renuevan constantemente. Sin embargo, en los últimos años, el salto hacia una producción de indumentaria ecológica ha crecido de manera exponencial y se ha mantenido, haciendo que los diseñadores y los consumidores sean cada vez más conscientes de cómo la fabricación de ropa puede dañar la naturaleza. Una oleada de diseñadores, tanto nuevos como renombrados, han adoptado métodos de producción con conciencia ecológica para reducir al mínimo la contaminación de la industria de la moda en el planeta.
El sector textil ha generado reacciones negativas por su impacto ambiental y su integridad ética y social. La creación de prendas de vestir genera un daño significativo en la Tierra debido, en gran parte, a los contaminantes químicos, a los residuos que dejan los productos no vendidos y a un alto consumo de agua en todo el proceso de fabricación. En cuanto a la ética, la cultura de las empresas también ha sido cuestionada: ¿los salarios, las prestaciones y las condiciones de trabajo son justos para los empleados? ¿Los productos químicos que se utilizan durante la producción son perjudiciales para los trabajadores? Cada vez son más las personas que compran ropa teniendo en cuenta las consecuencias que podrían tener sus adquisiciones a largo plazo.
Como se trata de una industria cíclica, la vida útil de una prenda también está bajo la lupa. El creciente movimiento “eco-fashion” ha hecho que los consumidores inteligentes dejen de comprar prendas que son parte de las tendencias del momento y prefieran invertir en piezas atemporales y bien hechas. Por esa razón, el nuevo desafío de los diseñadores de moda sostenible es crear piezas esenciales que puedan permanecer en el armario del cliente por largo tiempo y ser utilizadas en cualquier momento.
A continuación, te presentamos a tres prestigiosos diseñadores de marcas reconocidas que se han unido a la lucha por una moda sostenible.
La diseñadora Alice Early lanzó su marca homónima en 2018 y desde entonces, se ha comprometido a asegurar que todas sus prendas se creen de la manera más ética posible. Desde el punto de vista estilístico, las creaciones de Early son atemporales y elegantes, y se confeccionan con hilos de algodón o lana orgánicos, extraídos de ovejas criadas en libertad y alimentadas con pastos. Early no pierde de vista ningún detalle, y hasta utiliza semillas de Corozo, en lugar de plásticos, para hacer los botones. Estas semillas, también llamadas Tagua o Marfil Vegetal, se recogen del suelo cuando caen naturalmente de la palma Phytelephas macrocarpa.
La compañía Alice Early, con sede en Londres, también se asegura de que sus materiales de envío y embalaje sean de origen sostenible y reciclables. Esta temporada, la marca ha lanzado el diseño de una prenda que se fabrica solamente cuando el cliente la ordena, para reducir la contaminación por sobreproducción.
Sofía Shannon es la fundadora de la marca Amur -un acrónimo de “A Mindful Use of Resources”, que significa “Un Uso Consciente de los Recursos”- bajo la noción de que la indumentaria de moda no debe dañar el medioambiente. La compañía trabaja mano a mano con los proveedores para obtener y crear telas preciosas y muy originales.
El enfoque pro-ambiental de Amur se basa en gran medida en los materiales que utilizan para la elaboración de sus prendas, como la seda y el algodón orgánicos, que son fundamentales en sus colecciones, y los textiles reciclados (hechos con materiales usados transformados en fibra), que son destinados a la creación de adornos.
El consumo de agua es también un aspecto muy importante cuando se trata de moda ecológica, por eso la firma utiliza fibras naturales como el lino y el cáñamo que requieren pequeñas dosis de agua para su crecimiento. Los sensuales y femeninos diseños con coloridos estampados de Amur son la prueba de que las prendas fabricadas de forma sostenible pueden ser realmente encantadoras.
Antes de iniciar su línea de accesorios en Malibú, Vicki von Holzhausen era una diseñadora, con varios premios en su haber, que trabajaba en la industria automovilística europea. Cuando regresó a su California natal, Von Holzhausen comenzó a crear una línea ecológica de moda, compuesta por piezas minimalistas y cómodas. La marca, que la diseñadora nombró con su propio apellido, fabrica bolsos, carteras y cinturones con un cuero artificial creado bajo una técnica propia. Este material no contiene ningún producto de origen animal, imita la flexibilidad y la durabilidad del cuero tradicional y, además, pesa menos. La creación de estas piezas de primera calidad, el cuidado en la selección de las materias primas y la mínima dependencia de los recursos naturales son de suma importancia para Von Holzhausen. Todos sus productos se elaboran en los Estados Unidos para asegurarse de que los artesanos reciban salarios justos.