Conocimiento, habilidad, audacia e innovación distinguen la Maison Corthay, famosa por su excepcional calzado para hombres. Los diseños de esta casa francesa de calzado exclusivo destacan por los materiales, las técnicas, su distintiva gama de colores y su estilo inconfundible.
Su fundador, el francés Pierre Corthay, comenzó su aprendizaje en 1979 en la famosa French Compagnons du Devoir, una de las escuelas de formación de artesanos más rigurosas y exigentes del mundo. Con el tiempo y con grandes dosis de esfuerzo y empeño, consiguió llegar a trabajar con renombradas firmas de calzado artesanal ―como las legendarias John Lobb y Berluti―, empapándose de todo y aprendiendo sus secretos. Años más tarde, junto con su hermano Christophe, inaugura Maison Corthay en París, en 1990. Uno de sus primeros pedidos: 150 pares de zapatos a medida para el sultán de Brunéi.
Para Maison Corthay, la interacción entre el zapatero y su cliente es fundamental para llegar a ultimar un objeto único, hecho a mano, que, perfectamente cuidado, puede durar toda una vida. En
Maison Corthay afirman que es importante que el zapatero entienda la personalidad de su cliente, que intuya sus deseos y busque la perfección, teniendo en cuenta sus demandas.
Y en Maison Corthay son de la opinión de que un calzado sólo puede llegar a ser único si se diseña sobre la base común de la amistad, la sostenibilidad y la madurez, teniendo además en cuenta que un calzado hecho a medida debe adaptarse al pie como si fuera un guante, dándole la proporción exacta que define la individualidad del cliente, su estilo, sus gustos y su concepción de la elegancia.
Pero en Maison Corthay también se puede optar por un calzado prêt-à-porter que destaca por su exclusividad y diseño. Son colecciones de lujo que cuentan con mangos de madera de haya para asegurar la rigidez de los arcos, corcho natural para proporcionar un aislamiento perfecto y cueros trabajados al máximo durante un año, haciéndolos maleables a fin de obtener una fibra uniforme y densa.
Pieles que llegan de todo el mundo hasta una de las más finas curtidurías del mundo ―la parisina Le Puy―, donde se les da la forma y textura adecuada. Además, los perfectos acabados del calzado de Corthay, con anilina y pulimentos de caseína, producen una transparencia y profundidad del color incomparables y una sensación suave y emocionante al tacto.
El proceso de pátina es respetuoso con las materias primas y se ennoblece con pigmentos utilizados para resaltar y enriquecer los colores naturales. Tal enfoque artesanal de fabricación es único en el mundo del calzado de lujo prêt-à-porter.
Conocido por su talento, Pierre Corthay recibió en el año 2009, de manos del Ministro de Cultura de Francia, el título de Maître d’Art por sus méritos como artesano. Actualmente, Maison Corthay cuenta con tiendas en Inglaterra, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y otros países de Europa y Asia. Su calzado hecho a medida por expertos artesanos es sinónimo de calidad y también de exquisito buen gusto. ■