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Todos aquellos que han tenido el placer y han contado con la suerte de poder visitar el Gem Palace en la localidad India de Jaipur, coinciden en que es una experiencia inolvidable. Sólo pasar una tarde hace que el mundo se vea de una forma diferente. Desde la Princesa Diana, el Príncipe Carlos de Inglaterra, Jacqueline Kennedy, Bill Clinton, Angelina Jolie, Susan Sarandon, Mick Jagger, Oprah Winfrey, entre otras personalidades, han hecho una visita privada al Gem Palace.
Establecido en 1852 por la familia Kasliwal, en los predios del Palacio ocho generaciones de la familia se ha dedicado a la creación de las joyas más exclusivas, sirviendo como joyeros reales para los Maharajas y emperadores Moghules. Munnu Kasliwal, el último dueño del Gem Palace en India, consiguió llevar además a la joyería de su familia al punto más alto del mapa de la moda internacional. Durante más de dos décadas, Munnu Kasliwal fue el dueño del Gem Palace, hasta su muerte el pasado agosto a los 54 años de edad.
Apasionado de la arquitectura, flora y fauna de su país, y de las joyas imperiales rusas, sus piezas han sido diseños exclusivos propios de un artista y no de un hombre de negocios. Fue además uno de los pocos joyeros que continuaba con la elaboración a mano de cada una de sus piezas.
Cuando se le preguntaba por sus piedras preferidas, Kasliwal hacía referencia a las más antiguas, que buscaba alrededor del mundo hasta encontrar las que él consideraba perfectas. Desde rubíes de Mozambique, esmeraldas de Colombia o los más raros diamantes de la India más profunda. Munnu había heredado de su padre la capacidad para detectar al instante la calidad y perfección de una pieza.
Recibía a sus mejores clientes y amigos en su palacio y se encargaba de atenderles con una perfección y amabilidad que muchos aún recuerdan, como es el caso del diseñador Muriel Brandolini, un invitado frecuente en las fiestas que se celebraban en el Gem Palace, amigo personal de la familia Kasliwal.
A pesar de haber heredado el gusto por la joyería, tradición familiar de siglos, Kasliwal quiso darle un giro para modernizar la casa. Trajo piedras semipreciosas como la amatista, el peridoto y las turmalinas rosas y verdes a una joyería que hasta entonces solamente había trabajado con diamantes, perlas, rubíes y esmeraldas.
Muchos de los joyeros de la India se han limitado durante años a reproducir lo que sus abuelos o antepasados habían hecho, pero Kasliwal quería un cambio, avanzar al futuro y llevar la joyería india a otro nivel. Y trabajó en ello hasta el día de su muerte, con la satisfacción de conseguirlo.
La joyería india es exuberante, muy elaborada y llena de colorido, algo que encaja perfectamente con la cultura y ambiente del país, pero muy difícil de exportar a Occidente por sus caracteríticas étnicas. Kasliwal consiguió superar este problema, logrando combinar la tradición de su familia con los gustos de Occidente. Además, jugó un papel importantísimo en lo que se refiere a la concepción que en Occidente se tenía de la joyería de la India y fue realmente el primero en alcanzar reconocimiento internacional.
Amantes de sus piezas los hay por todo el mundo. Aristócratas europeos, diseñadores italianos, magnates árabes. La Princesa Diana y Jacqueline Kennedy declararon en numerosas ocasiones su admiración por el joyero al que visitaron en el Gem Palace en 1992 y 1962 respectivamente. Actrices como Nicole Kidman han aparecido en varias ocasiones llevando joyas de Kasliwal y la diseñadora Diane Von Furstenberg lo hizo en la pasada gala del Museo Metropolitan de Nueva York.
Con el tiempo, sus piezas fueron despertando la atención de la alta sociedad neoyorquina hasta que en el año 2001, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York exhibió sus joyas, muchas de las cuales fueron creadas expresamente para esta exhibición. El Museo vendió todas las piezas que estaban a la venta y la fama del joyero creció como la espuma.
En el 2002, Barney’s New York empezó la búsqueda de una joyería exquisita y diferente que, a la vez, estuviese al nivel de los más exclusivos almacenes de los Estados Unidos. La entonces directora de moda de Barneys, Julie Gilhart, quedó entusiasmada con la joyería de Kasliwal que desde entonces se vende en Barneys de Nueva York y de Beverly Hills.
Sus hijos y su viuda continúan con la tradición familiar y el Gem Palace sigue siendo parada obligada en Jaipur para los amantes de las joyas y del trabajo artesanal. ■
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