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El diseñador Jorge Bischoff nació y se crio en Brasil, en el estado de Rio Grande do Sul, región con una rica tradición en la manufactura de zapatos que data de hace cientos de años. Cuando Bischoff era pequeño, su madre trabajaba cosiendo zapatos en casa mientras lo cuidaba. Más tarde, el niño solía visitar la fábrica de zapatos donde trabajaba su padre, experiencia a la que se refiere como “mágica”.
El aroma de la madera usada para crear moldes, que percibía mientras jugaba con trozos de piel, quedó impregnado para siempre en su memoria. A los 11 años, Bischoff comenzó a trabajar como cortador manual de cuero en una fábrica. Comenzaba a forjarse su destino. Estaba destinado a convertirse en una fuerza pujante en la industria del calzado.
Sin embargo, a los 16 intentó probar suerte y, de paso, complacer a su madre, matriculándose en un curso vocacional de contabilidad, pero hasta esto acabaría desviándolo al mundo de diseño de zapatos. “Uno de mis maestros me dijo que fallaría”, comenta, “porque no estaba hecho para la contabilidad… Me pasaba la mayor parte de sus clases diseñando zapatos”.
En 2003, Jorge Bischoff lanzó en Brasil la marca que lleva su nombre. En 2008, inició un programa de franquicias que lo llevaría a tener presencia en todo su país natal. En 2016, la marca fue reconocida como la mejor franquicia de calzado de Brasil por Pequenas Empresas e Grandes Negócios, una revista brasileña de negocios. Hoy en día, Bischoff es C.E.O. de Bischoff Group y participa de modo integral en todo el proceso de producción dentro de la exitosa compañía.
Este 2017 ha sido también un año de logros para el diseñador, pues hizo su debut en el mercado norteamericano. Su boutique insignia abrió en el Brickell City Centre de Miami, el lujoso destino de moda y gastronomia en el corazón de la Ciudad Mágica. Esta iniciativa es crucial para la firma, que planea expandirse a nivel internacional.
Los diseños de Bischoff representan a la mujer elegante, grácil y atrevida, que no se avergüenza del color y que asume nuevos enfoques para piezas clásicas. El diseñador tiende a mezclar colores y materiales suntuosos —como pitones y otras pieles de serpiente— con acentos metálicos y otros componentes con brillo. Además de mantenerse fiel a su identidad y asegurarse de la destreza de los artesanos brasileños, el diseñador considera la funcionalidad como parte importante de su marca. “Considero la comodidad y la belleza como componentes esenciales de mis productos”, afirma. “Una no puede existir sin el otro, y ese es el reto para el diseñador: crear formas a la vez seductoras y funcionales”.
Mientras Bischoff continúa su ascenso en la industria del calzado, sostiene que, en realidad, él vende otra cosa: “Las mujeres no compran zapatos, compran emoción. Buscan resaltar su sensualidad, su autoestima y su poder, y eso lo encuentran en nuestra marca”. ■
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