Uno de los diseños más celebrados de la casa relojera suiza Jaquet Droz es el Grande Seconde. Su notoriedad se debe, principalmente, al elegante estilo minimalista de su dial principal, dividido en dos pequeños círculos dispuestos uno sobre el otro en forma de un gran 8. Este exitoso diseño ha inspirado una vez más a Jaquet Droz: se trata del nuevo Grande Seconde Deadbeat, que incluye un exquisito sistema de “segundero muerto” y tecnología de última generación.
El Grande Seconde Deadbeat fue fabricado en una edición limitada de 88 unidades, con el número de serie impreso en el frente y en el reverso, sobre el cuerpo de oro.
En las ediciones anteriores —el Grande Seconde Décentrée Email, el Grande Seconde Minerals o el Grande Seconde Quantième Ivory Enamel—, el dial ubicado en las 12 en punto corresponde a las agujas que señalan la hora y los minutos, mientras que el dial inferior, situado en las 6 en punto, muestra el segundero, el calendario y otras funcionalidades. Todos los modelos tienen un elemento común: la esfera principal del reloj está despojada de cualquier indicación.
En el Grande Seconde Deadbeat, en cambio, el dial ubicado en las 6 en punto exhibe únicamente un calendario retrógrado (su movimiento no completa el giro, sino que vuelve hacia atrás cada vez que inicia un nuevo ciclo) y, aunque el modelo conserva el tradicional dial de la hora y los minutos en la posición de las 12 en punto, en el centro del reloj se ubica una larga y estilizada aguja dorada que recorre toda la esfera marcando los segundos con pequeños saltos, del mismo modo que lo hacen las agujas en cualquier reloj de cuarzo.
Este sistema, denominado “segundero muerto” (seconde morte, en francés; y deadbeat, en inglés, es un deleite para todos los amantes de los relojes automáticos mecánicos por la exquisita rareza de sus complicaciones de máquina. El hecho de ver —y oír—el segundero “saltar” de segundo a segundo, de manera constante y perfecta, fascina e hipnotiza, demostrando a la vez la calidad y la precisión con que se ha construido la pieza.
De ahí su posición central y protagónica, transgrediendo los diseños clásicos del modelo. Para desarrollar este complejo sistema se han elaborado piezas de silicio, patentadas por la firma suiza, que son inmunes a los campos magnéticos y a las variaciones de temperatura y presión. Gracias a ellas, Jaquet Droz asegura una precisión excepcional.
El Grande Seconde Deadbeat funciona a partir de un sistema mecánico automático, con una reserva de energía de 40 horas y una frecuencia de oscilación de 21.600 vph. Su cuerpo ha sido diseñado en oro rosado, con cristal de zafiro en el frente y el reverso, que deja ver el mecanismo en funcionamiento. Una elegantísima correa de piel de cocodrilo completa su estética elegante y sutil.
El Grande Seconde Deadbeat fue fabricado en una edición limitada de 88 unidades, con el número de serie impreso en el frente de cada pieza, en la posición de las 11 en punto, y en el reverso, sobre el cuerpo de oro. Esta joya de Jaquet Droz tiene un precio de alrededor de US $35.000. ■