La Fontana di Trevi, obra del maestro Nicola Salvi, fue construida entre 1732 y 1762. Es parada obligada en la ciudad para todo el que se acerque a Roma, como hizo Anita Ekberg, eternamente recordada por su baño dentro de la fuente en «La Dolce Vita» de Federico Fellini.
En los últimos años, el deterioro que ha sufrido el monumento es lamentable. La afluencia masiva de turistas sumada a las inclemencias del tiempo han sido los factores para el deterioro de la Fontana. Durante 2012, varios trozos del lateral izquierdo se desprendieron.
Ante tal situación, el Ayuntamiento que preside Gianni Alemanno, se vio obligado a buscar patrocinadores con el fin de restaurar la Fontana. Se hizo una intervención temporal en la que se invirtieron 320.000 euros, pero no fue suficiente.
La casa Fendi decidió contribuir a la renovación aportando 2,2 millones de euros para las obras, que durarán 22 meses y se espera que finalicen para 2015. Será esta la mayor limpieza a fondo que recibe la fuente en sus 251 años de historia, ya que la restauración que se hizo hace 25 años no incluyó la limpieza de la fuente.
La limpieza a profundidad que se practicará ahora eliminará los depósitos de calcio, limpiará las estatuas, comprobará la resistencia del acero existente, arreglará las fugas de agua y el sistema eléctrico, y añadirá barreras para mantener alejadas a las palomas.
Los turistas podrán visitar la Fontana y tirar sus monedas durante las obras, ya que se procederá a tapar con una cubierta que reproducirá lo que hay detrás, sin publicidad.
Un regalo de la marca italiana para la ciudad de Roma del que tanto Silvia Venturini Fendi, Carla Fendi o Karl Lagerfeld, director artístico de la firma, se sienten muy orgullosos. Para Lagerfeld, la Fontana es, junto con el Coliseo y la Plaza de San Pedro, uno de los símbolos de Roma, y considera que es una gran idea y un gran proyecto ayudar a su rehabilitación. Según Silvia Venturini Fendi, la compañía que fundó su familia en 1925 quería retribuir algo a la ciudad que la vio nacer y crecer; un «homenaje a una ciudad a la que amo y a la cual me siento ligada» afirmó la empresaria.
Si el patrocino continúa con éxito, Fendi posiblemente patrocine también la Iglesia de San Carlino, una joya de Borromini.
Pero ésta no es la primera vez que una casa de moda italiana contribuye al patrocinio de monumentos históricos. Tods ya destinó 25 millones de euros para la restauración del Coliseo, y la casa Valentino donó 200.000 euros para contribuir a la restauración del Templo de Venus, donde más tarde realizó un desfile de moda para conmemorar sus 45 años en el sector.
Se espera, sin embargo, que el proceso de restauración de la Fontana no siga los mismos pasos que el del Coliseo, principalmente porque las leyes han cambiado y habrá un concurso público. Tods donó en su momento los 25 millones de euros a cambio del derecho exclusivo sobre el uso comercial de la imagen del monumento durante 15 años, pero las obras están en un proceso lento y ante tribunales, lo que puede suponer la pérdida de la financiación.
La siguiente búsqueda de Alemanno se centra ahora en encontrar financiación para la restauración del Mausoleo de Augusto, y Roma está a la expectativa de qué firma será la que, en este caso, se haga cargo del patrocinio. ■