Las creaciones de Murad se pegan al cuerpo para acentuar las líneas que realzan la silueta, por lo general con corte sirena, pero se alejan de la simplicidad a través de detalles intrincados. Apuesta por los trenzados, los abalorios, los bordados brillantes y los cristales colocados estratégicamente en las sedas, gasas, organzas y encajes de Chantilly. Femenina y sensual, esta colección destila sensualidad, con escotes pronunciados, seductoras rajas, transparencias y aberturas.
En una representación más literal de su bosque encantado, ramas y briznas bordadas adornan el cuerpo, un look creado con bordados colocados estratégicamente sobre tules traslúcidos. Es ese tipo de precisión el que se ha convertido en una constante en las prendas de Murad. Aunque su colección Couture 2013 Bosque encantado cuenta mayormente con trajes largos de noche, también incluye vestidos cortos, con pedrería, encajes y péplums, que son verdaderas obras de arte, tan enigmáticas como los vestidos de noche del diseñador.
La colección tiene matices sombríos y melancólicos, pero no se compromete mucho con el color negro. En lugar de eso, utiliza encajes y escotes victorianos que aportan un toque romántico. En la paleta de colores predominan los tonos brillantes: azul oscuro, granate y esmeralda, en combinación con colores traslúcidos, negros y metálicos. Los colores de las piedras preciosas representan los diferentes tonos del cielo, tal y como se ven desde el interior de la selva: el hermoso azul oscuro parece un brillante cielo sin nubes, mientras que el granate se hace eco de la puesta del sol.
Estos son los vestidos con los que sueñan las mujeres para las que crea Murad. Su bosque no es rústico ni mundano, sino una interpretación poética del diseñador, donde vestidos deslumbrantes cuelgan de las ramas y las mujeres llevan briznas que brillan como cristales. ■