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Ademanes de modelo, gestos elegantes y belleza que no necesita maquillaje. Esa es Olatz Schnabel, una mujer con estilo propio, que ha sabido guiarse por su buen gusto para crear su propia marca y despuntar dentro del amplio mundo del diseño. Conocida por su matrimonio con el pintor y director de cine Julian Schnabel, con quien estuvo casada 17 años, Olatz fue su musa y compañera, y de su unión nacieron los mellizos Cy y Olmo, que ya son universitarios.
Ahora que sus hijos pasan más tiempo fuera de casa, Olatz está centrada en su línea de ropa de para dormir y lencería, y en su compañía de diseño de interiores, Interiors by Olatz, realizando proyectos para hoteles, restaurantes y casas privadas. «Tengo mi línea de ropa para la casa desde hace muchos años y lo del diseño de interiores ha sido una evolución natural de este proceso creativo», explica.
Nació en San Sebastián, España, con el nombre de Olatz López Garmendia pero sus padres se trasladaron a París cuando era una bebé y allí pasó sus primeros diez años de vida. A esa edad regresó nuevamente a España. «Igual que mi primer idioma, mi sensibilidad y mi forma de ser son muy franceses”. Mientras estudiaba diseño de moda en Barcelona, fue descubierta por un agente de modelos lo que cambio para siempre su vida.
En los años 80, durante una cena con amigos comunes celebrada en la Ciudad de la Luz, conoció al que se convertiría en su mentor y padre de sus hijos, el director cinematográfico Julian Schnabel. Años más tarde volvieron a verse, esta vez en Nueva York y, de nuevo, se encontraron en los Hamptons. Por aquel entonces, Julian estaba casado con Jacqueline Beaurang, aunque más tarde se separó; Olatz, por su parte, tenía novio y veía a Julian «sólo como a un amigo». Él no hablaba español, ella no dominaba el inglés, por lo que la comunicación era en francés.
A partir de ese momento comienza una romántica relación. El artista enviaba a Olatz cartas de amor en forma de cuadros de 5 x 5 metros. La historia culminó en matrimonio en el año 1993. «Teníamos una sensibilidad y un gusto muy parecidos, y debido a esa buena conexión, además de nuestro matrimonio, colaboramos juntos en muchos proyectos”. Trabajaron juntos en diversas películas de gran calidad plástica y con un guión impecable: Basquiat, Antes que anochezca y la poética y desgarradora La escafandra y la mariposa. Olatz actuaba en las películas y ayudaba en otras facetas creativas.
Además de sus colaboraciones en el cine, Olatz imprimió su sensibilidad a la hora de decorar las distintas casas de la pareja en México, Montauk, Manhattan y San Sebastián.
Hace varios años que el matrimonio se separó. Sin embargo, Julian y Olatz mantienen una magnífica relación. «Nos llevamos muy bien, es fascinante, somos muy amigos. Julian me consulta todo, y yo a él, su opinión es muy importante para mí”, reconoce la guapa diseñadora.
La afición de Julian Schnabel por pintar y pasear en pijama fue lo que inspiró a su ex mujer a diseñar su línea de pijamas, considerados hoy de los más lujosos del mercado, realizados en seda, lino o algodón de la mejor calidad, glamorosos y cómodos a la vez. Aunque esto fue hace muchos años y Olatz no lo hizo con la intención de seguir adelante y convertir su idea en negocio, consiguió sin embargo que una pieza tan sencilla como ésta se convirtiera en una de las más exclusivas y peculiares tendencias de la moda.
El sofisticado olfato de Olatz para la decoración se pone a relieve en todos sus entornos. Su casa, que redecoró desde cero como inicio de una nueva vida tras su separación de Julian, está concebida de forma simple y elegante, con reminiscencias coloniales en cada una de sus habitaciones. La cocina, que era blanca, decidió pintarla de verde tras un viaje por México; las paredes de los pisos superiores tienen distintos tonos de azul, dejando impronta de su capacidad innata de mezclar colores.
Es una casa que le recuerda al campo francés o a París en pleno Manhattan, en la que ha desarrollado su creatividad recuperando materiales reciclados; un lugar en el que ha conseguido encontrar la privacidad que buscaba y que es tal vez un reflejo de que Olatz es una mujer feliz e independiente, que se adapta a los cambios de la vida; que va más allá de las tendencias de la moda y que se guía por su propio estilo. ■