El tunecino Azzedine Alaïa tiene un talento excepcional para crear prendas que marcan pautas y tendencias en la moda. Con su estilo peculiar desprovisto de pretensiones, Alaïa se refiere a sí mismo como un creador, no un diseñador. “Yo creo prendas, las mujeres crean la moda”, dijo en una ocasión este modisto que reside en París.
Durante sus más de 40 años de carrera profesional, ha recibido un gran número de premios. Ahora, se añade un nuevo reconocimiento: el Palais Galliera dedica a Alaïa su primera retrospectiva parisina. Constará de 70 piezas icónicas que ilustran la inigualable trayectoria creativa del modisto. La exposición Alaïa, que podrá ser visitada hasta el 26 de febrero del 2014, ocupará las galerías recientemente renovadas del Palais Galliera, así como la sala Matisse del Museo de Arte Moderno de París.
«Hemos dividido la muestra en las distintas ‘épocas’ de Azzedine», explica Olivier Saillard, responsable de la exposición y director del Palais Galliera. «Tenemos una sección de inspiración africana; y están sus icónicas creaciones de cremallera que envuelven el cuerpo», añade.
Alaïa nació en Túnez en el seno de una familia de productores de trigo. A la edad de 15 años, se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de Túnez para estudiar escultura, y poco después inició su carrera como ayudante de modista. En 1957 se trasladó a París, donde comenzó a trabajar como sastre en los talleres de Christian Dior. Posteriormente, trabajó con Guy Laroche y Thierry Mugler, hasta que en la década de 1970 abrió su primer taller en su propio apartamento de la rue de Bellechasse. En ese pequeño estudio recibió y vistió privadamente durante 20 años a personalidades como Marie-Hélène de Rothschild, Louise de Vilmorin y Greta Garbo, quien solía llegar de incógnito a probarse sus holgados abrigos de «estilo inimitable y vanguardista».
Aunque es un diseñador reverenciado por la industria de la moda y tremendamente admirado por el público, Alaïa siempre ha tratado de mantenerse reservado: rara vez concede entrevistas y nunca se le ve en el escenario durante sus desfiles de moda. Cada año, Alaïa revela sus nuevas colecciones al final de la Semana de la Moda de París, y prefiere trabajar a su propio ritmo, a veces sin presentar desfiles durante todo el año. «Sólo exhibo cuando pienso que estoy listo para hacerlo. Una buena idea no debe depender de las estaciones o las temporadas», señala Alaïa.
En 1988, el desfile de Alaïa en el club Palladium de Nueva York, con Jean-Paul Goude como director artístico, sacudió el mundo de la moda. Fue él quien descubrió a las súper modelos Stephanie Seymour, Linda Spiring, Naomi Campbell, Linda Evangelista, Veronica Webb, y Jasmine Le Bon, quienes hasta el día de hoy siguen siendo sus fieles amigas, admiradoras y clientes. “Hacemos todo lo posible para cambiar las fechas o cancelar otros espectáculos, porque todas sentimos mucho afecto por Azzadine”, dice Evangelista sobre el genial modisto.
Alaïa cree que uno debe vivir rodeado de las cosas y las personas que uno quiere: «De esa manera, somos capaces de forjar una identidad fuerte con nuestros recuerdos». De una colección a la siguiente, el estilo característico de Alaïa se revela como una sola pieza de tela que interpreta las formas concebidas por la mente del talentoso creador. Su experiencia con la escultura es evidente en sus diseños, pero sus piezas también exhiben influencias del cine y el arte africano y egipcio.
La silueta femenina se acentúa por sus creaciones, que envuelven el cuerpo en lugar de comprimir las formas y restringir los movimientos naturales de la mujer. Es uno de los pocos modistos que dominan todas las etapas de la elaboración de una prenda: realizar el patrón, traspasar a la tela las formas y los volúmenes que tiene en mente, cortar, coser y ajustar los tejidos. La silueta que logra con sus diseños es un ejemplo de minimalismo. El cierre o cremallera ha sido fundamental en el estilo que Alaïa ha creado desde la década de 1970. No restringe el movimiento y permite que un vestido disimule los defectos del cuerpo, un recurso que aprendió cuando diseñaba el vestuario para el legendario cabaret Le Crazy House de París. Michelle Obama, Victoria Beckham, Carla Bruni-Sarkozy, Sofia Coppola, Grace Jones y Rihanna se encuentran entre las admiradoras que han lucido sus creaciones.
Azzedine Alaïa no sigue la moda, la crea. Su única fuente de inspiración proviene de la forma femenina. Al igual que un escultor, necesita tener un modelo enfrente para crear. En cierto modo, sólo dice la verdad cuando se refiere a sí mismo como un creador. No está interesado en el diseño, sino en la creación de piezas que ayuden a expresar la elegancia natural del cuerpo femenino.
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