Probablemente, una de las personalidades más emblemáticas del mundo de la moda en el siglo XX, Diana Vreeland fue la directora de las revistas Vogue y Harper’s Bazaar. Más tarde, se unió al Costume Institute del Metropolitan Museum of Art (Met) en 1971. Durante su permanencia en la institución neoyorquina, ganó notoriedad por ambientar con fragancias las salas de sus exposiciones a través de los conductos de ventilación. En su colorida residencia llegó incluso a perfumar los muebles.
Alexander tiene treinta años de experiencia en el mercado del lujo. Trabajó para Ralph Lauren y Giorgio Armani y se aventuró por su cuenta con una licencia para la división de ropa de mujer de Calvin Klein. También fue consultor de diferentes empresas. Cuando comenzó a trabajar en el mundo de las fragancias, ya sabía exactamente en qué se enfocaría. “Los elementos característicos de mi abuela —en los que yo realmente quería concentrarme— eran su amor por el color y sus juegos de palabras”, explica Alexander. “Ella tenía ideas muy sólidas sobre el color. Si uno observa su trabajo, siempre encuentra gran abundancia de color; nunca tuvo miedo de usarlo. Su sala de estar era roja y su comedor ostentaba gruesas franjas amarillas, moradas y verdes”.
Vreeland se puso en contacto con International Flavors & Fragrances y, de inmediato, comenzó a trabajar con un grupo de sus perfumistas. Cinco perfumes transmiten la personalidad de su ingeniosa abuela, tan amante de la diversión: Extravagance Russe, una mezcla de ámbar, evoca el amor de Diana por el orientalismo; y Absolutely Vital, la favorita de Alexander, es una fragancia de sándalo que pueden usar tanto hombres como mujeres y representa el amor de Diana por la India. Ambos, junto con Perfectly Marvelous, Simply Divine y Outrageously Vibrant, rinden homenaje a la exuberante personalidad de Diana Vreeland y a su talento para jugar con las palabras.
Los cuentos que narran estas fragancias llegan más allá de los aromas y los nombres divertidos de sus envases. Las coloridos envases, diseñados por Fabien Baron con borlas en tonos contrastantes, representan la afinidad de Diana con el color. Los bordes biselados atrapan la luz y brillan, añadiendo un atractivo romántico a los alegres frascos.
Los perfumes Diana Vreeland están disponibles en las más exclusivas tiendas de Estados Unidos y Europa y, según Alexander, sus clientes son amantes del lujo, la belleza y los mejores ingredientes. Aparte de los perfumes, la línea de productos Diana Vreeland también incluye una crema para el cuerpo y una vela.
Para continuar llevando el legado de Diana a las nuevas generaciones de amantes de la moda, Alexander sabe exactamente cuál será su próxima creación: una línea de lápices labiales. “Se imaginan de qué color?”, pregunta divertido. La respuesta es obvia: el rojo, que recuerda de inmediato a su abuela y evoca su dinámica sala de estar.
De hecho, esa emblemática sala de estar de Diana ha quedado para siempre grabada en la memoria de Alexander Vreeland. “Mi mejor recuerdo es estar sentado ahí con ella, en su apartamento, nosotros dos solos. Ella siempre escuchaba, estaba genuinamente interesada en mi vida”, recuerda Alexander. “En su mente todo era más romántico y más hermoso, porque ella tenía una visión romántica de la vida”. ■