Estilo, belleza, seguridad, duración, tradición y distinción, son algunos de las cualidades que los selectos equipajes Globe-Trotter ofrecen a su cuidada clientela. La firma británica de equipajes de lujo, que desde 1897 ha sido icono de estilo, tradición y estética atemporal, ofrece una amplia gama de maletas hechas a mano con métodos de fabricación originales y especializados en la utilización de fibra vulcanizada, un material especial inventado en Gran Bretaña durante la década de 1850, y en asas y acabados en cuero, su sello inconfundible. La marca cuenta también desde hace 28 años con una división específica de artículos de cuero, Globe-Trotter Leather Company. Ofrecen desde un libro de cuero a un completo juego de escritorio o una selección de marcadores corporativos. El cliente es quien elige cada detalle de color, material y acabado.
Repasar con la mirada en algunas de las maletas de la firma es un recreo para la imaginación. Sus costuras encierran miles de aventuras de personajes históricos que se sirvieron de ellas como aliadas en grandes hazañas. En estos últimos 100 años, su clientela ha sido selecta y envidiable. ¿Quién no recuerda al capitán Robert Falcon Scott y su famosa expedición antártica de 1912? ¿O quien no visualiza imágenes de Winston Churchill o de los viajes de la Reina Isabel II? Todos ellos confiaron en la firma. Churchill usó sus maletines mientras era Ministro de Hacienda en 1924, y la Reina Isabel II eligió Globe-Trotter para su luna de miel en 1947, elección a la que continúa fiel. También Sir Edmund Hilary ascendió al primer campamento base con Globe-Trotter durante su conquista del Everest en 1953.
Pero la firma no se detiene y avanza con el tiempo. Consciente de la importancia de fusionar tradición con modernidad, ha incluido diseños del artista de graffiti André. Su apuesta es una colección de maletas bajo el nombre MR.A. Son 7 piezas diferentes fieles a la calidad habitual de la firma pero con un toque de modernidad en el interior.
Con Globe-Trotter, más que un salto en el espacio y en el tiempo, el arte de viajar se transforma en una experiencia con aromas del pasado vista desde el futuro. Un deleite atemporal en buena compañía. ■