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El problema de acoger a mascotas en la familia es que a medida que se convierten en parte de nuestras vidas, nuestros malos hábitos se vuelven también los suyos. La obesidad, por ejemplo, es la más común enfermedad relacionada con la nutrición en los perros y gatos. Sin embargo, esa no es una parte natural de la vida de su mascota. Es el resultado de haber adoptado la propensión demasiado humana de consumir más calorías que las necesarias. Hay estudios que indican que entre un 24 y un 44 por ciento de los perros y, por lo menos, un 12 por ciento de los gatos tienen sobrepeso. Entérate, a continuación, las principales enfermedades causadas por la obesidad animal y aprende a prevenirlas.
Más peso es menos salud
Llevar encima demasiado peso pone a los perros y gatos en un mayor riesgo de ciertos problemas de salud, afecta su calidad de vida y hace que vivan menos años. Específicamente, la obesidad puede causar o empeorar las siguientes dolencias:
Problemas de locomoción o en las articulaciones. El peso adicional causa una presión mayor en las articulaciones, huesos, ligamentos y músculos. Dolencias como artritis, displasia de la cadera, afecciones de los discos y rupturas de ligamentos pueden ser causadas o agravadas por la obesidad.
Enfermedades cardiacas y respiratorias. Los animales obesos poseen más tejidos que los animales de peso normal, y por eso su corazón y pulmones deben trabajar más para proveer la circulación y oxígeno adecuados. Asimismo, la grasa adicional en la cavidad torácica y alrededor de los músculos del corazón reduce la eficiencia de este órgano y de los pulmones.
Enfermedades hepáticas. La función hepática a veces declina debido a que el hígado está recibiendo demasiada grasa. Los gatos obesos a veces dejan de comer debido a una dolencia potencialmente fatal llamada lipidosis hepática.
Diabetes. Al igual que en las personas, la diabetes es mucho más común en los perros y gatos obesos. La reducción de peso ayuda a que su tratamiento dé buenos resultados.
Intolerancia al calor. Las propiedades aislantes del exceso de grasa exponen a los animales al exceso de calor.
Problemas de la piel. Los rollos de piel creados por depósitos de grasas a menudo causan rozamientos y producen infecciones crónicas de la piel. Los gatos obesos no pueden alcanzar partes de su cuerpo al acicalarse.
Trastornos gastrointestinales. Debido al funcionamiento deficiente del tracto gastrointestinal, es más probable que los animales obesos sufran de estreñimiento y flatulencia. La pancreatitis, una enfermedad que causa severo dolor abdominal y vómitos, es mucho más común en los perros obesos.
Detecte los síntomas
Con frecuencia, los dueños no se percatan de la obesidad de sus mascotas hasta que ocurren problemas de salud. Por eso, es vital reconocer los primeros signos de gordura, antes de que se conviertan en obesidad y requieran drásticos cambios de vida, los cuales serán más duros para el animal y para usted. Debido a que no existe una norma de peso ideal para los animales, la mejor manera de evaluar la condición corporal de su mascota es observar y palpar, si es posible una vez por semana. Un pelaje grueso puede esconder fácilmente un vientre abultado, por eso debes aprender la manera de palpar debajo del pelaje para sentir las costillas. Tanto en perros como en gatos, deberías distinguir fácilmente al tacto cada costilla. Si no puedes distinguir en absoluto las costillas, tu animal está peligrosamente obeso. Tu veterinario le puede enseñar a palparlas, si es necesario.
Pero antes de cambiar la rutina de tu mascota, pide al veterinario que le haga un examen minucioso. No sólo podrá detectar cualquier enfermedad que podría influenciar en su programa de reducción de peso, también te ayudará a establecer un programa efectivo y seguro para tu mascota. Luego, es imprescindible que tú y su familia comprendan que es absolutamente necesario respetar el programa de reducción de peso de tu mascota. En colaboración con tu veterinario, establece un objetivo específico y calcula el tiempo que tomará alcanzarlo.
Comience el programa con su mascota
Cualquier programa de reducción de peso debería incluir tanto una reducción de calorías consumidas como un aumento de calorías quemadas. Estas son algunas formas de conseguirlos:
- Elimina o reduce la cantidad de restos de la mesa y golosinas que das a tu mascota.
- Compra golosinas de bajas en calorías. Si eso no funciona, comienza a reducir la cantidad de comida que le sirves.
- No dejes platos de comidas accesibles para que tu mascota coma siempre que lo desee. Establece horas de comida, durante las cuales la comida estará disponible, y luego retira el plato.
- Mantén a tu mascota alejada de la habitación donde preparas o consumes tus comidas. En esa forma, no podrá inspirarte lástima y obtener un bocadillo extra.
- Si estas medidas no son suficientes, cambia sus alimentos por otros bajos en calorías. Con menos calorías y más fibra que los alimentos regulares, podrás seguir sirviéndole porciones generosas.
- El ejercicio adecuado es tan importante como una buena dieta. Para un perro con sobrepeso, esto podría significar 15 minutos adicionales de caminata rápida cada día. Para un gato, pasar unos minutos más con un juguete que le haga moverse.
- Cuando el clima impida que tu perro salga a hacer ejercicio, prueba a lanzarle un juguete para que lo vaya a buscar subiendo y bajando escaleras. A algunos gatos les gustan estos mismos juegos. ■