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Bélgica y Suiza son grandes potencias mundiales en la producción de chocolate. Sus maestros chocolateros tienen una merecida fama gracias a que elaboran sus deliciosas creaciones con el mejor cacao del mercado, siempre mostrando un loable saber hacer y buen gusto.Como ejemplo de calidad y prestigio, les mostramos dos extraordinarias bombonerías nacidas en Bruselas y en Zúrich:Pierre Marcolini y Teuscher, prestigiosos negocios que ningún amante del buen chocolate debería dejar de visitar y a los que ni siquiera Willy Wonka (personaje de la película Willy Wonka y la fábrica de chocolate) se les podría resistirse.
Los belgas fueron los inventores del praliné, crema de chocolate y almendraso avellanas. El maestro chocolatero Pierre Marcolini, muestra su refinamiento trabajando sutilmente este delicioso chocolate en su negocio, al que ha puesto su mismo nombre y cuya sede se encuentra en Bruselas, Bélgica, donde posee seis tiendas, además de otras tantas repartidas por Francia, Japón, Kuwait, Luxemburgo, Mónaco y Reino Unido.
Pierre Marcolini siente una verdadera pasión por crear algunos de los mejores chocolates existentes. Nació en 1964 en la ciudad belga de Charleroi y ha recibido su inspiración de su familia y de su herencia italiana. A los 14 años supo que quería ser chocolatero y no ha cejado en su empeño, cosechando inmenso éxito. En 1993 fue reconocido como el mejor pastelero del mundo.
En sus chocolaterías, los amantes de los dulces más originales podrán disfrutar al máximo de invenciones tan trabajadas y sugerentes como sus pralinés crujientes con sabor a frutas y sus curiosos bombones con esencias de pachuli, madera de sándalo y de roble. Pierre Marcolini es sinónimo de alta chocolatería para paladares selectivos.
Teuscher, soberbia y tradición suiza
Fotos: Teuscher
En 1769, y siendo alcalde por aquel entonces de la ciudad suiza de Zúrich, Henry Escher visitó Bruselas y quedó tan prendado del sabor de un mejunje caliente que preparaban, al que llamaban chocolate, que se lo llevó a su ciudad.
Ya en el siglo XVIII Zúrich era uno de los principales productores de chocolate del mundo.
Probablemente, los “culpables” de esta pasión desbordante sean sus afamadas empresas chocolateras, objetos de culto para muchos, entre las que despunta especialmente Teuscher, fundada hace más de 80 años y cuyos maestros chocolateros viajan por el mundo para buscar los mejores ingredientes: cacao, mazapán, frutas y frutos secos, para con ellos crear más de 100 variedades de chocolates con recetas originales y sin utilizar aditivos ni conservantes.
Teuscher se enorgullece de preparar cada semana, en sus instalaciones de Zúrich, sus dulces productos, que inmediatamente son trasladados a las tiendas de la ciudad, del resto de Europa y también de Estados Unidos, Canadá, Asia y Medio Oriente. Son imperdibles las trufas de chocolate rellenas de champagne y mazapán, los bombones con naranja y los exclusivos pralinés. ■
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