Hay muchos tipos de champagnes pero, si tuviéramos que quedarnos con los más sobresalientes, estos serían sin duda alguna los millésimes, ya que sólo se producen cuando se da una cosecha excepcional y son los mejores que puede llegar a elaborar una maison de la región francesa de Champagne.
Una botella de champagne normal nunca puede mostrar un año de cosecha, ya que consiste en una mezcla de vinos que requiere mínimo dos años, pero si te encuentras con un champagne que tiene su año de cosecha escrito en su etiqueta, puedes estar seguro que se trata de un champagne millésime (su elevado precio ya es una buena pista), producto de una elaboración óptima con uvas que provienen exclusivamente de la cosecha de ese año en concreto.
Permítanme recomendarles a continuación cuatro de los mejores millésimes que podrán encontrar actualmente en el mercado. Son extraordinarios champagnes producidos en grandes añadas: le meilleur parmi les meilleurs! (¡lo mejor entre los mejores!), dirían los franceses.
Piper-Heidsieck Rare Millesime 2002
Este champagne de la maison Piper-Heidsieck es una de las creaciones más acertadas de sus últimos 15 años. Está elaborado con uva chardonnay y pinot noir seleccionadas a mano de viñas situadas en las montañas de Reims, la ciudad más famosa de la región de Champagne.
A la vista luce su color amarillo dorado, que se realza con una efervescencia brillante. En la nariz aparece inmediatamente la fruta exótica, con toques de mango, kiwi y piña, y también notas de frutos secos como almendras y nueces. Además, afloran sutiles recuerdos de pimienta blanca, té ahumado y cacao. En la boca muestra su profundidad, refinamiento y armonía, sus toques de pastas dulces francesa y merengue, de frutas como la piña y el membrillo con un toque de jengibre caramelizado. Un champagne sutil, elegante, intenso y muy frutal, que acompaña muy bien a un caviar blanco o a unas ostras Claire criadas en la cuenca francesa de Marennes-Oléron.
Dom Pérignon Vintage 2005
Una de las casas más reputadas de la región de Champagne es Moët & Chandon, que produce el prestigioso champagne Dom Pérignon, elaboración codiciada en todo el mundo por su gran calidad hasta el punto que la actriz Marilyn Monroe llego a decir: “Yo nunca bebo alcohol, yo solo bebo Dom Pérignon”.
Dentro de la categoría Vintage-Millésime de Dom Pérignon, despuntan añadas excepcionales como la del 2005, un año de contrastes, muy cálido y con escasas lluvias, lo que produjo frutos de una sorprendente disposición para la elaboración de un buen champagne. Dom Pérignon Vintage 2005 se elaboró con uvas chardonnay y pinot noir. Es de color amarillo pajizo ligero y al olfato muestra esencias a frutos rojos con una cierta mineralidad, para terminar aportando toques de caramelo praliné y cilantro. Al probarlo afirma su rotundidad y presencia, densidad y firmeza, con un final floral y especiado que perdura en la boca. Un champagne muy sugerente que, combinado con salmón ahumado o un foie, llega a convertirse en casi una obra de arte.
Krug Vintage 2002
2002 fue un año perfecto para la maison Krug, fundada en 1843 en Reims. Una añada generosa, equilibrada y suave. El color del Krug Vintage 2002, elaborado con uvas chardonnay y pinot noir, presenta reflejos dorados. En nariz es carismático, fresco y elegante, pleno en matices y complejo, con delicados aromas que combinan los cítricos dulces con notas de chocolate y regaliz fresco. En boca es certero, audaz, con sabores delicados a frutos rojos como las moras y las ciruelas y a frutas carnosas blancas, como la pera, la piña o el membrillo. El final es expresivo y persistente, arrebatador a la par que inolvidable. Un champagne para amantes de lo sublime que, felizmente cortejado con unas finas lonchas de jamón ibérico español, se convierte en una suerte de milagro líquido. Más que un champagne, Krug Vintage 2002 es un lujo extravagante.
Bollinger V.V. Francaises 2004
Prestigio y fama envuelve a la maison Bollinger desde que fue creada en 1829 de mano de su fundador Renaudin Bollinger en la localidad de Aÿ, en Champagne. Una fama ciertamente merecida pues en sus casi 190 años de historia, la seriedad, la responsabilidad y la regularidad han sido el emblema de la casa. Bollinger V.V. Francaises es el más prestigioso de sus champagnes millésime, pues se elabora con uvas pinot noir de los 18 crus –terrenos de producción marcados por ley como los más selectos– situados en Aÿ, Bouzy, Louvois, Verzenay, Mesnil, Oger, Cuis y Chouilly. De hecho, la nomenclatura V.V. Francaises significa Viejas Viñas Francesas, consideradas como aquellas que engendran las mejores uvas.
Con una producción limitada, su color es amarillo dorado oscuro, mostrando un aroma que recuerda al brandy con toques de especias profundas como el clavo, la pimienta o la nuez moscada. En la boca es sabroso, vinoso, profundo y afrutado, con recuerdos a regaliz y a manzana asada. Un champagne para beber en muy buena compañía, porque como todo lo bueno y escaso de la vida, se disfruta mejor en momentos especiales. ■
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