De todas las industrias amenazadas por la pandemia de coronavirus, pocas han sentido el impacto tan profundamente como la alimentaria. Los restaurantes de todo el mundo han sufrido drásticas pérdidas de clientes, y muchos han adoptado los servicios de entrega a domicilio como medio de supervivencia en el nuevo y aterrador escenario creado por esta situación sin precedentes. El reconocido chef Curtis Stone sabía que tenía que repensar su modelo de negocio, especialmente cuando la comida gourmet era lo último en lo que pensaría la gente. Decidió entonces transformar su galardonado restaurante de Los Ángeles en un mercado de barrio para poder servir mejor a su comunidad.
En su restaurante Maude, que cuenta con una estrella Michelin, el menú suele cambiar radicalmente cada varios meses para mostrar nuevos ingredientes y tradiciones de diferentes regiones vinícolas del mundo. Su equipo viaja a cada región antes del debut del menú para realizar una investigación profunda y experimentar en primera persona la cultura, la comida y el vino de las capitales vinícolas más importantes del mundo, inspirándose así para crear sus combinaciones de sabores. Desde el sur de Australia hasta Chile, los comensales son llevados a un viaje épico por cada región a través de un refinado menú de degustación.
Pero todo eso ha cambiado después de que el alcalde de California ordenara el cierre de todos los restaurantes. En Los Ángeles aún continúan las restricciones, así que los chefs de Maude están proponiendo nuevas ideas para adaptarse a los cambios.
En una era de distanciamiento social, el chef Stone está poniendo su grano de arena en la lucha por frenar el contagio de coronavirus: ha adoptado un enfoque humanitario y ha decidido cambiar su famosa comida gourmet por comida casera. En vez de rib-eye steaks y lobster rolls (entrecot y rollos de langosta), los amantes de la comida gourmet pueden comer ahora algo completamente diferente: sus platos favoritos de comida casera, preparados allí mismo. .
En este improvisado mercado de barrio se puede comprar por ejemplo platos tan típicos de comida casera como el pastel de papas, la lasaña boloñesa y la sopa de bolas de matzah, que ahora se ofrecen para llevar y para entregar a domicilio. Los clientes que tengan antojo de dulces, pueden deleitarse también con productos recién horneados como el pastel de zanahoria sin gluten, el pastel de queso y el crumble de manzana, o pueden comprar si lo prefieren uno de sus vinos preferidos en su bodega.
Después de sentir el golpe de la pandemia por el coronavirus y ver cómo los restaurantes de todo el país toman medidas drásticas, el chef Curtis Stone y su equipo están aprovechando su red de granjeros y proveedores para servir deliciosas comidas caseras, incluyendo «Family Meals» para 5-6 comensales con un plato principal, una sopa, una ensalada, un postre y un vino en maridaje. El nuevo mercado de Stone no sólo alimenta a su comunidad, sino que ha logrado también conservar a gran parte de su personal, evitando así sumarse a la creciente lista de despidos masivos que azota al país. .
El exclusivo restaurante Maude se llama ahora Mercado Maude y está abierto de 11am a 6pm, de martes a sábado. En el menú encontrarás desde artículos comestibles, sopas, ensaladas saludables y productos horneados, hasta los especiales del día. En su otro restaurante Gwen, que cuenta con horno de leña y carnicería, las ofertas de comida para llevar y las del mercado están disponibles a través de los servicios de entrega a domicilio Postmates y Caviar.
Esta no es la primera iniciativa comunitaria para Stone, quien lleva tiempo abogando por el público y las comunidades locales y colaborando en recaudaciones de fondos para esta causa a través de Chrysalis, una organización que ayuda a los ex presos y vagabundos a reinsertarse en el mercado laboral. Muchos de los empleados de su restaurante han sido contratados a través de este programa.
¿Será éste el comienzo de una nueva tendencia? La crisis del coronavirus bien puede cambiar para siempre la alta gastronomía y los restaurantes de lujo tal y como las conocemos, y algunos restaurantes están haciendo lo que pueden para adaptarse a estos tiempos tormentosos. Naked Farmer en Tampa, por ejemplo, se convirtió en un mercado digital de granjeros que entrega productos frescos como rúcula y batatas, mientras que Porridge & Puffs, en Los Ángeles, se ha transformado en una tienda de alimentos que vende gachas de arroz, productos básicos de despensa a granel y ramos de flores.
El ejemplo de Curtis Stone sirve para motivar a otros restaurantes, y muestra la necesidad de que este sector apoye en estos momentos a sus comunidades. La industria alimentaria va a cambiar inevitablemente después de esta pandemia, ya que los restaurantes más exclusivos se ven obligados a prepararse para lo desconocido. Para algunos negocios, la entrega de comida a domicilio o recogida en el local tal vez les resulte rentable. Otros, sin embargo, tendrán que hacer cambios drásticos en su forma de ser rentables.
La crisis del coronavirus está en evolución constante y los establecimientos de alta cocina tendrán que seguir cambiando para adaptarse, dejando de lado las prácticas comerciales anticuadas y reemplazándolas por nuevas y más creativas formas de alimentar a la gente. Esperemos que más chefs como Stone puedan ponerse a la altura de las circunstancias, desarrollando un enfoque similar para servir a la comunidad.